INSTALACIONES

Un edificio de posguerra con recuerdos de los sesenta

El gimnasio Moscardó, en la confluencia de las calles del Pilar de Zaragoza y de Coslada (Salamanca), se levantó en los años cuarenta en memoria de José Moscardó y Tuarte, general director de la Escuela de Gimnasia de Toledo cuando estalló la guerra civil. Tenía entonces gimnasio, zona de administración y vestuarios.En los cincuenta se levantó la piscina Elola, con una superficie de baño de 25 metros de largo por 12,5 de ancho. Unos 10 años más tarde se remató el conjunto con la piscina Samaranch, de 25 por 10 metros.

El gimnasio Moscardó cuenta entre sus curiosidades con el que los vec...

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El gimnasio Moscardó, en la confluencia de las calles del Pilar de Zaragoza y de Coslada (Salamanca), se levantó en los años cuarenta en memoria de José Moscardó y Tuarte, general director de la Escuela de Gimnasia de Toledo cuando estalló la guerra civil. Tenía entonces gimnasio, zona de administración y vestuarios.En los cincuenta se levantó la piscina Elola, con una superficie de baño de 25 metros de largo por 12,5 de ancho. Unos 10 años más tarde se remató el conjunto con la piscina Samaranch, de 25 por 10 metros.

El gimnasio Moscardó cuenta entre sus curiosidades con el que los vecinos de la zona lo llamaran "de Coslada", por tener la entrada en esta calle. Calificado como de los mejores de hace medio siglo por la prensa de la época, el edificio contó con la primera sauna de España.

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Además, nunca tuvo una inauguración oficial. El 26 de junio de 1997, el Ayuntamiento de Madrid se convirtió en su propietario, después de que se lo cediera el Gobierno regional.

En su interior se conservan reliquias como una bicicleta estática de mediados de siglo o un reductor eléctrico de cintura. En uno de los laterales del gimnasio hay un viejo piano que aún suena. Los pasamanos dorados de poca altura y el mármol de suelos y paredes remiten a las modas arquitectónicas de los sesenta. Las escaleras estrechas y los aros olímpicos pintados en las estancias principales rememoran, cómo no, los gustos de antaño.

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