Desmantelada en Villena una fábrica que falsificaba patatas inglesas

Muchos turistas británicos que creían que podían seguir comiendo patatas fritas de su marca favorita en los locales de sus lugares de veraneo estaban siendo engañados. La Guardia Civil desmanteló anteayer en Villena (Alto Vinalopó) una fábrica en la que se fabricaban patatas fritas que luego se vendían en envases falsificados de una marca de este producto muy famosa en el Reino Unido, pero que no se comercializa en España. La operación, que culminó con la detención del máximo responsable de la trama de falsificación, supuso la intervención de la maquinaria de la fábrica, de las patatas allí a...

Muchos turistas británicos que creían que podían seguir comiendo patatas fritas de su marca favorita en los locales de sus lugares de veraneo estaban siendo engañados. La Guardia Civil desmanteló anteayer en Villena (Alto Vinalopó) una fábrica en la que se fabricaban patatas fritas que luego se vendían en envases falsificados de una marca de este producto muy famosa en el Reino Unido, pero que no se comercializa en España. La operación, que culminó con la detención del máximo responsable de la trama de falsificación, supuso la intervención de la maquinaria de la fábrica, de las patatas allí almacenadas y de un camión, todo ello valorado en 230 millones de pesetas. El éxito comercial de la marca en Gran Bretaña llevó supuestamente al detenido, J. M. G. C., de 44 años, a intentar proveer a los turistas británicos que veranenan en España de sus preciadas patatas fritas, sólo que elaboradas en Villena y comercializadas de forma fraudulenta. Desde la nave desmantelada, el empresario las vendía a locales de varias zonas turísticas de España. En la provincia de Alicante se distribuían en Benidorm. Pese a que J. M. G. C. ha sido puesto a disposición judicial como presunto autor de un delito contra la propiedad intelectual, lo que no se le puede negar al detenido es su habilidad a la hora de imitar el sabor de las patatas fritas preferidas por los británicos ya que, al parecer, los turistas que las compraron no notaron ninguna diferencia.