FAUNA

El gamo Las sierras andaluzas dan refugio y alimento a estos rumiantes de hábitos nocturnos

Los perfiles característicos de estos esbeltos rumiantes se pueden vislumbrar en muchas de las serranías andaluzas, sin olvidar Cazorla y la famosa Doñana. La Sierra de Andujar, por ejemplo, acoge estos días a los grupos que se desplazan por su interior. A los machos nacidos este año les queda poco para que la primera cuerna se haga visible. En octubre podrán comprobar por primera vez el sentido de este añadido a su silueta. Su alimentación se basa en toda clase de hierbas, brotes tiernos, bayas, cortezas y hongos y aprovechan la noche para moverse con más desenvoltura. Durante el otoño, que...

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Los perfiles característicos de estos esbeltos rumiantes se pueden vislumbrar en muchas de las serranías andaluzas, sin olvidar Cazorla y la famosa Doñana. La Sierra de Andujar, por ejemplo, acoge estos días a los grupos que se desplazan por su interior. A los machos nacidos este año les queda poco para que la primera cuerna se haga visible. En octubre podrán comprobar por primera vez el sentido de este añadido a su silueta. Su alimentación se basa en toda clase de hierbas, brotes tiernos, bayas, cortezas y hongos y aprovechan la noche para moverse con más desenvoltura. Durante el otoño, que está cada vez más cerca, los machos competirán en fuerza y vigor. Su cornamenta, con la característica forma de pala en su parte superior, sufre el envite de las peleas. El más poderoso será el padre de los que vendrán el año próximo. Selección natural.Ejemplar joven recostado A partir de los seis meses, a los jóvenes les aparecen unas protuberancias que tres meses después se convertirán en la primera cuerna, que cada año perderan por mayo. Cabeza de hembra La hembra no tiene cuernos, manteniendo una presencia compacta y con nervio en sus ágiles movimientos. Cambian poco a poco el color del pelo, dejando el veraniego rojizo moteado por un grisáceo más uniforme para resultar discretos en el invierno. A falta de las cuernas de sus compañeros, este camuflaje natural es esencial para las hembras de gamo. Curiosos andares Si algo delata a los gamos son sus andares. Desde lejos se distingue fácilmente por la parte de atrás al ser la cola negra con el culete de color blanco rodeado de dos líneas curvas de color negro. Cuando anda y corre levanta la cola que es de color blanco por su parte interior. Amplia cornamenta El otoño es la época en que los machos compiten entre sí, a fuerza de choques con sus testas, para ganar el respeto de la manada y el derecho a cubrir a las hembras del grupo del que forman parte. Tras una incuentra pero dura batalla, en bosques de robles y encinas desperdigados por dehesas y serranías serán los más preparados los que transmitan su carga genética a los descendientes.

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