¡Bravo, señor Morán!
Las primarias socialistas para la alcaldía de Madrid han hecho brillar a un político de cuerpo entero, de los que aman más la ética y la educación que el sillón y el poder. En los tiempos actuales, cuando los medios están falsamente justificados por los fines, estamos asistiendo a duelos pretalionanos: insultar en lugar de analizar.Al señor Morán le han llamado de todo con el estilo más innoble y barriobajero, desde "viejo y no enterado" hasta otras palabras impronunciables; pero el señor Morán, quizá sin saberlo, ha obrado según la sentencia inaudita y aparentemente heterodoxa de aquel obispo...
Las primarias socialistas para la alcaldía de Madrid han hecho brillar a un político de cuerpo entero, de los que aman más la ética y la educación que el sillón y el poder. En los tiempos actuales, cuando los medios están falsamente justificados por los fines, estamos asistiendo a duelos pretalionanos: insultar en lugar de analizar.Al señor Morán le han llamado de todo con el estilo más innoble y barriobajero, desde "viejo y no enterado" hasta otras palabras impronunciables; pero el señor Morán, quizá sin saberlo, ha obrado según la sentencia inaudita y aparentemente heterodoxa de aquel obispo italiano que decía así: "La urbanidad está delante de todo Mandamiento del Decálogo"
Con los futuros contendientes por la alcaldía de Madrid, Morán y Álvarez del Manzano, asistiremos a una contienda política de muchos quilates éticos y democráticos, sin comprar a tránsfugas ni sobornar a los ansiosos del sillón. ¡Bravo, señor Morán!-