Pérez Casado critica en un libro el uso de la historia en la intolerancia
"La historia se invoca no para ser una lección de tolerancia sino para justificar la mayor de las intolerancias". Así se expresó ayer el ex alcalde de Valencia Ricard Pérez Casado a propósito de la actual situación de Kosovo y de la antigua Yugoslavia en la presentación de su libro Conflicte, tolerància i mediació (Editorial Afers) realizada en la sede de la Fundación Bancaixa. Una obra que recoge 11 conferencias impartidas por el que fue administrador único de Mostar desde marzo hasta julio de 1996. Pérez Casado reflexiona en su libro sobre su estancia en la ciudad y sobre un conflicto que ha...
"La historia se invoca no para ser una lección de tolerancia sino para justificar la mayor de las intolerancias". Así se expresó ayer el ex alcalde de Valencia Ricard Pérez Casado a propósito de la actual situación de Kosovo y de la antigua Yugoslavia en la presentación de su libro Conflicte, tolerància i mediació (Editorial Afers) realizada en la sede de la Fundación Bancaixa. Una obra que recoge 11 conferencias impartidas por el que fue administrador único de Mostar desde marzo hasta julio de 1996. Pérez Casado reflexiona en su libro sobre su estancia en la ciudad y sobre un conflicto que ha generado una enorme cantidad de bibliografía en muy poco tiempo, según recordó ayer el propio autor. De hecho, el ex alcalde destacó el efecto de contaminación que ha originado la contienda de la antigua Yugoslavia en alusión al interés que despierta en el mundo. Un interés que compartió el periodista de EL PAÍS Miguel Ángel Villena, quien acompañó a Pérez Casado en Mostar y ayer presentó el libro -prologado por el secretario general de la OTAN, Javier Solana- junto al rector de la Universidad de Valencia, Pedro Ruiz, y el editor Vicent Olmos. Los tres destacaron el riesgo que asumió Pérez Casado y desgranaron algunas características de una obra que, según el exalcalde, no tenía previsto escribir, así como tampoco pensó en impartir conferencias tras dar por finalizada su misión en Mostar. El autor también subrayó el entendimiento a pesar de la disparidad idiomática y la buena convivencia entre los diferentes cuerpos armados y colectivos de españoles en la ciudad balcánica, y recordó la anécdota de un guardia civil que se autodefinió como "picoleto sin fronteras".