EL JUICIO DEL 'CASO MAREY'

El general Sáenz de Santamaría declara que hubo "guerra sucia" durante todos los Gobiernos

"Siempre" y durante todos los Gobiernos hubo acciones de guerra sucia en Francia, "aunque las que provocaron más conmoción fueron las ocurridas en 1983", afirmó ayer el teniente general José Antonio Sáenz de Santamaría, ex director de la Guardia Civil. "Ha habido muchos mercenarios que actuaron antes de los gobiernos de UCD, en época de UCD y también después", agregó. Tras expresar su apoyo hacia la línea de Rafael Vera contra ETA, basada en la acción policial y la cooperación internacional, señaló: "Nunca se acabará con el terrorismo matando al último terrorista, ni metiendo en la cárcel al ú...

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"Siempre" y durante todos los Gobiernos hubo acciones de guerra sucia en Francia, "aunque las que provocaron más conmoción fueron las ocurridas en 1983", afirmó ayer el teniente general José Antonio Sáenz de Santamaría, ex director de la Guardia Civil. "Ha habido muchos mercenarios que actuaron antes de los gobiernos de UCD, en época de UCD y también después", agregó. Tras expresar su apoyo hacia la línea de Rafael Vera contra ETA, basada en la acción policial y la cooperación internacional, señaló: "Nunca se acabará con el terrorismo matando al último terrorista, ni metiendo en la cárcel al último terrorista. Al final siempre hay que negociar. Las guerras tampoco se acaban matando al último soldado".

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El teniente general en la reserva, de 78 años, que ocupó varios altos cargos desde que en 1971 fue nombrado jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil, reconoció su amistad con el ex ministro del Interior José Barrionuevo y con el ex secretario de Estado Rafael Vera. "Pero eso no me impedirá decir la verdad porque he jurado decir la verdad", proclamó ante las preguntas de ritual del presidente del tribunal, José Jiménez Villarejo.Después de decir que no sólo se produjeron operaciones de guerra sucia en el sur de Francia durante el mandato de los socialistas, el general recordó que antes de los GAL hubo "una auténtica sopa de letras", tales como ATE (Antiterrorismo ETA), BVE (Batallón Vasco Español) y Triple A. Según él, entre los componentes de estas organizaciones hubo "grupos aislados de policías que no entendían la Transición y mercenarios". Sobre estos últimos, resaltó que varios de ellos habían participado en hechos reivindicados en una época bajo unas siglas y posteriormente lo habían hecho bajo otras. Según Sáenz de Santamaría, este tipo de atentados "cesaron en 1986 tras el asesinato de un abuelo y su nieta, que se achacó a un camionero". ¿No fue posterior a ese hecho el asesinato de García Goena?, le preguntó Manuel Cobo del Rosal, defensor del ex secretario de Estado Rafael Vera. "Sí, es cierto. Y se sabe quién lo hizo y por qué lo hizo", respondió el militar, que en esta ocasión fue más misterioso y menos locuaz que en el resto de su declaración.

El testigo dijo que desde el Ministerio del Interior se investigaron este tipo de acciones cuando se desarrollaron en España, pero no cuando ocurrían en Francia porque era competencia del Gobierno de París. No obstante, añadió que se formó un grupo hispano-francés para hacer averiguaciones sobre los GAL, de cuya coordinación estuvo encargado el comisario Alberto Elías (ya fallecido).

Recordó que en 1980 fue nombrado por el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, delegado de seguridad en el País Vasco. "Me propuse evitar las acciones de los incontrolados y de los salvapatrias que me venían de otras partes a hacer sabotajes", rememoró. Después, continuó: "En el año que estuve allí, tuve 89 atentados y no dormí una noche entera. Las noches de San Bartolomé estaban en el ánimo de muchos miembros de las fuerzas de seguridad, pero conseguí que no hubiera atentados".

El ex director de la Guardia Civil se extendió sobre el secuestro y asesinato del capitán de Farmacia Alberto Martín Barrios por un grupo de ETA político militar, lo que creó un clima que "justificó algunos errores". De ahí pasó a hablar de la "sensación de disgusto" que el terrorismo provocó en los cuarteles; del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981; del asalto al cuartel de Berga protagonizado por un grupo de etarras mientras él era capitán general de Cataluña... Ante tan prolijo relato, el presidente del tribunal interrumpió a Sáenz de Santamaría: "Comprendo perfectamente cuál es su intención y no se lo reprocho. Su declaración tiene un gran valor histórico, pero..."

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A preguntas del acusador Teodoro Mota, el teniente general manifestó que Vera le telefoneó en diciembre de 1983 para decirle que había llamado el comisario francés Joel Cathalá, quien le informó de que se había producido en Francia el secuestro de un hombre y que podría ser traslado a España. Según Sáenz de Santamaría, entonces no supo la identidad del secuestrado, pese a lo cual pidió a las comandancias del País Vasco que hicieran averiguaciones, tal como le había mandado Vera. Después, el entonces director de la Guardia Civil ya no volvió a ocuparse del asunto.

"Alguna ilegalidad"

El abogado Kepa Landa preguntó al ex alto cargo de Interior sobre el intento de secuestro del etarra José María Larretxea, en Francia, a cargo de un inspector de policía y tres agentes del GEO. Sáenz de Santamaría insistió en que el objetivo de esa operación era obtener información sobre el paradero del secuestrado Martín Barrios ante las noticias de que ETA iba a asesinarle de forma inminente. "El fin que se perseguía justificaba alguna ilegalidad", agregó.Landa sometió a un duro cuestionario al ex director general de la Guardia Civil sobre varios asesinatos perpetrados en Euskadi en 1980 por el Batallón Vasco Español. También le preguntó acerca de una redada masiva realizada el 17 de octubre de 1983 en Tolosa (Guipúzcoa) inmediatamente después de la desaparición de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala. El magistrado Jiménez Villarejo interrumpió el interrogatorio y advirtió al letrado: "No se puede interrogar al testigo como si fuera un acusado".

El militar aseguró que nunca se manejó en Interior la posibilidad de utilizar la "cuarta pata" en la lucha antiterrorista , es decir, realizar acciones en Francia. "El GAL duró desde 1983 hasta 1986, pero continuó una actividad que ya existía antes con otros nombres a cargo de mercenarios", dijo.

¿Y quién era el ministro del Interior entre 1983 y 1986 ?, le inquirió Manuel Murillo, defensor del ex dirigente socialista Ricardo García Damborenea. "Es obvio quién era el ministro", le atajó el presidente, pese a lo cual Murillo insistió: "¿Era el señor Barrionuevo?".

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