GESTIÓN

El viejo proyecto del "Leguidú" arranca reducido a biblioteca y archivo regionales

El Leguidú, el proyecto cultural para la antigua fábrica de cervezas de El Águila, en el distrito de Arganzuela, arrancó el jueves con la aprobación de su plan económico y el malestar de la izquierda regional (PSOE e Izquierda Unida). El complejo que se concibió al final de la anterior legislatura para incluir en el edificio un gran auditorio, salas de ensayo para compañías de teatro y danza o estudios para pintores, ha quedado reducido a un objetivo mucho más discreto: la instalación de la biblioteca de la Comunidad y el archivo regional.

El director regional de Patrimonio, ...

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El Leguidú, el proyecto cultural para la antigua fábrica de cervezas de El Águila, en el distrito de Arganzuela, arrancó el jueves con la aprobación de su plan económico y el malestar de la izquierda regional (PSOE e Izquierda Unida). El complejo que se concibió al final de la anterior legislatura para incluir en el edificio un gran auditorio, salas de ensayo para compañías de teatro y danza o estudios para pintores, ha quedado reducido a un objetivo mucho más discreto: la instalación de la biblioteca de la Comunidad y el archivo regional.

El director regional de Patrimonio, José Miguel Rueda, compareció la pasada semana ante la Comisión de Cultura para dar cuenta de la marcha de este proyecto largamente acariciado, y en el que ya se llevan invertidos unos diez millones de pesetas en obras preparatorias, cien en los proyectos técnicos de la biblioteca regional y cincuenta en los del archivo.

Sin embargo, la constatación de que el viejo Leguidú nacerá devaluado respecto a las previsiones originales provocó el enojo de los portavoces de la izquierda. "El PP ha convertido el proyecto en una triste caricatura de lo que era", proclamó el portavoz socialista en la materia, Antonio Chazarra.

"Jamás he entendido por qué este Gobierno no hacía un verdadero centro de artes escénicas. En realidad, creo que nunca ha habido intencionalidad política", le secundó su homólogo en IU y actor secundario de series televisivas, Fernando Marín.

Rueda defendió con ahínco el modelo de Leguidú reducido que abandera su consejería. "El contenido original estaba basado en el capricho y no era ni coherente ni homogéneo", disparó. ¿Por qué? "Pues porque no se puede diseñar salas, bibliotecas y auditorios con más de mil localidades sin ningún tipo de contenido real. Ese auditorio se concibió para relanzar el teatro, y el teatro se está relanzando solo".

"Glamour" cultural

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El director general acusó incluso a sus contrincantes de minusvalorar a los profesionales de la historia, "porque el glamour cultural suele estar detrás de los actores". "Ese desdén por las artes escénicas lo trasladaré en la próxima asamblea", le respondió Fernando Marín.Por su parte, Chazarra se lamentó de que un proyecto ideado "para dar vida y dinamismo a Arganzuela" abandone su modelo original (el Pompidou francés) para devaluarse, incluso con una franja destinada a viviendas.

"La consagración del número de la cabra sería que comenzaran antes los pisos mientras las infraestructuras culturales continúan aplazadas", ironizó el parlamentario socialista.

En cualquiera de los casos, el que iba a ser Centro de las Artes y la Cultura verá comenzar sus obras de acondicionamiento antes de que concluya el año. La necesidad de un archivo regional en condiciones resulta particularmente acuciante, puesto que en las instalaciones actuales, en la calle de Amaniel, se acumulan casi a presión más de cinco kilómetros de material documental.

La diputada del Partido Popular Sandra Myers pidió a los grupos de la oposición que no resten trascendencia a la nueva definición del proyecto. "La biblioteca y el archivo son dos dotaciones importantes y necesarias, y es de sobra conocida la pasión del consejero y de nuestro presidente por los temas culturales", argumentó.

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