Francia bloquea en la OCDE el debate del Acuerdo sobre Inversiones

La cumbre de la OCDE no supuso ayer el entierro definitivo del AMI (Acuerdo Multilateral sobre las Inversiones), como pedían los sindicatos y una parte de la izquierda, pero sí trajo consigo el aplazamiento por seis meses de toda negociación en regla. La asamblea anual ministerial de los 29 países de la OCDE acreditó el pulso que el inspirador de este tratado altamente liberalizador, EE UU, mantiene con sus máximos detractores, los gobernantes franceses. Al final de la reunión, la asamblea de ministros salvó las formas posponiendo el debate a una reunión de trabajo que debe celebrarse en octub...

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La cumbre de la OCDE no supuso ayer el entierro definitivo del AMI (Acuerdo Multilateral sobre las Inversiones), como pedían los sindicatos y una parte de la izquierda, pero sí trajo consigo el aplazamiento por seis meses de toda negociación en regla. La asamblea anual ministerial de los 29 países de la OCDE acreditó el pulso que el inspirador de este tratado altamente liberalizador, EE UU, mantiene con sus máximos detractores, los gobernantes franceses. Al final de la reunión, la asamblea de ministros salvó las formas posponiendo el debate a una reunión de trabajo que debe celebrarse en octubre próximo. El comunicado de circunstancias ilustra las limitaciones del consenso actual. «Esta pausa de seis meses debe permitir hacer una balance y abrir nuevas consultas entre los negociadores y las partes interesadas», se indica en un texto que sitúa en el mismo plano tanto «los resultados positivos obtenidos» como «las dificultades que quedan y las inquietudes expresadas». La necesidad de continuar con los trabajos de análisis, «para no echar por tierra el trabajo de tres años», fue subrayada por el secretario de Estado alemán de Economía, Lorenz Schomerus.

Francia no cedió en las condiciones que exige para seguir el debate de este acuerdo, que parte de sus ciudadanos considera fruto del «delirio neoliberal» y una amenaza a la «excepcción cultural» y a la soberanía nacional. Artistas, gentes del expectáculo, intelectuales y sindicalistas promueven campañas contra este acuerdo de libre cambio, que plantea la eliminación de toda barrera y restricción a los movimientos inversores internacionales. Las cuatro condiciones planteadas por los representantes franceses son: la perpetuidad de la «excepción cultural», el desmantelamiento de las leyes extraterritoriales, -Helms Burton, ley Amato-, dictadas unilateralmente por los EEUU, la defensa de las normas sociales y medioambientales y el mantenimiento de la preferencia comunitaria fue la principal barrera que impidió que el consenso avanzara.

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