El variado mundo creativo de Jujol se presenta en el Colegio de Arquitectos

¿Qué habría pasado si Jujol hubiera tenido clientes como, por ejemplo, los Güell? La pregunta no es baladí porque, aún siendo un autor de proyectos generalmente humildes, muchos especialistas consideran a Josep Maria Jujol como uno de los grandes maestros de la arquitectura europea de su época. Una somera muestra de su trabajo se presenta hasta el 27 de mayo en la sede del Colegio de Arquitectos en Barcelona, entidad que a partir de ahora guarda parte del archivo profesional del artista, los que afectan a la provincia de Barcelona, depositados por la familia Jujol. Uno de sus hijos, Josep Mari...

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¿Qué habría pasado si Jujol hubiera tenido clientes como, por ejemplo, los Güell? La pregunta no es baladí porque, aún siendo un autor de proyectos generalmente humildes, muchos especialistas consideran a Josep Maria Jujol como uno de los grandes maestros de la arquitectura europea de su época. Una somera muestra de su trabajo se presenta hasta el 27 de mayo en la sede del Colegio de Arquitectos en Barcelona, entidad que a partir de ahora guarda parte del archivo profesional del artista, los que afectan a la provincia de Barcelona, depositados por la familia Jujol. Uno de sus hijos, Josep Maria Jujol jr es, precisamente, el comisario de la exposición

"Ahora entiendo Jujol de otra manera, porque he visto el Gugenheim. Ghery ha influido perceptiblemente en mi concepción de Jujol de la misma manera como él y Jujol han modificado mi futuro y sentido del pasado". es una afirmación de Dennis L.Dollens, uno de los especialistas que intervienen en el catálogo (Editorial Actar) que acompaña la exposición El Universo de Jujol, organizada por el Colegio de Arquitectos de Barcelona en colaboración con el Ministerio de Fomento y que posteriormente se presentará en Madrid y Tarragona. Según Dollens, la de Jujol era una manera de entender la arquitectura que se acerca bastante a las últimas corrientes de vanguardia. Habría otros elementos, como su obsesión por integrar todas las artes en la arquitectura, la utilización de materiales reciclados, el ingenio de soluciones económicas para resolver problemas complejos o el gusto por el color -especialmente el azul y el amarillo- que también le acercan a la sensibilidad contemporánea. Durante años, Josep Maria Jujol (Tarragona, 1879-Barcelona, 1949) fue considerado sólo un discípulo aventajado de Gaudí, con el que comenzó a colaborar a los 25 años. Desde los años sesenta, sin embargo, su obra se ha ido revalorizando de forma notable siendo en estos momentos uno de los arquitectos más respetados en el círculo académico. El Universo de Jujol consta de tres partes muy diferenciadas. Una, de carácter divulgativo, consiste en un montaje fotográfico con algunas de las obras más representantivas del arquitecto, desde el Teatro Metropol de Tarragona a los techos del piso principal de La Pedrera pasando por los balcones de la Casa Bofarull, en Els Pallaresos (Tarragona), la escalera de la Casa Negre (Sant Joan Despí), la iglesia de Vistabella (Tarragona)las caligrafías para lápidas o diversas esculturas, rejas y vidrieras. Otro apartado insiste en el carácter de artista global de Jujol. Aquí puede verse una faceta casi inédita del arquitecto. Católico militante, como Gaudí, realizó numerosos trabajos para iglesias y capillas. Diseñó, como puede verse en la muestra, candelabros, cruces, los bordados de un manto para la Virgen, estandartes y escudos para el gremio de payeses de San Isidro de Tarragona, o la policromia de estatuas. También hay un apartado de arte civil en el que destacan dos sillones diseñados para la Casa Bofarull y una lámpara para la Botiga Mañach. Para la ocasión, se han editado dos pavimentos y una botella con diseño original de Jujol que Mosaics Martí y BD van ha comercializar. El último apartado de la exposición, aunque seguramente el más importante, consiste en la presentación de unos 200 planos y dibujos originales de Jujol que abarcan toda su trayectoria y que forman parte del fondo de unos 400 documentos que los tres hijos de Jujol han depositado en la demarcación de Barcelona del Colegio de Arquitectos de Cataluña. "Mi padre era un hombre que dominaba el lápiz, el pincel, las técnicas constructivas y el volumen", afirma su hijo, Josep Maria Jujol. "Pero sobre todo, su inquietud era incorporar a la arquitectura una decoración, vistosa, alegre y colorista. Pensaba que todas las artes tenían que estar integradas en un edificio, aunque esto no pudo aplicarlo siempre porque durante muchas épocas sus clientes eran modestos, generalmente gente del ambiente rural que, pese a sus propuestas arriesgadas, lo aceptaron plenamente".

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