PRIMARIAS SOCIALISTAS

Almunia avanza los primeros 11 puntos de su programa para llegar a Moncloa

Almunia se ve en La Moncloa tras las próximas elecciones. Los resultados de las encuestas, la asistencia a los mítines y la gran presencia en los medios de los candidatos socialistas de estas primarias forzaron ayer a un exultante Joaquín Almunia a avanzar las primeras once líneas maestras de su futuro programa de gobierno. Almunia tomó prestado el mensaje de José Borrell a sus simpatizantes, a los que incita a que voten pensando en sus vecinos no socialistas, para agradecerle el favor, y recogió gustoso los apoyos de otros dos pesos pesados del partido, José Bono y Carlos Westendorp. Luego m...

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Almunia se ve en La Moncloa tras las próximas elecciones. Los resultados de las encuestas, la asistencia a los mítines y la gran presencia en los medios de los candidatos socialistas de estas primarias forzaron ayer a un exultante Joaquín Almunia a avanzar las primeras once líneas maestras de su futuro programa de gobierno. Almunia tomó prestado el mensaje de José Borrell a sus simpatizantes, a los que incita a que voten pensando en sus vecinos no socialistas, para agradecerle el favor, y recogió gustoso los apoyos de otros dos pesos pesados del partido, José Bono y Carlos Westendorp. Luego marcó distancias con Borrell y con Felipe González: "No estamos ya en épocas de proyectos individuales, hemos madurado".

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Almunia, según se acerca el día "trascendente" de la votación de estas primarias, piensa cada vez más en la siguiente fase. Por ese motivo habla tanto de un nuevo modelo participativo para elaborar el programa, de la necesidad de llegar cuanto antes a La Moncloa para evitar que el PP deshaga lo construido por los gobiernos de Felipe González y de ganar las elecciones "por mucho" a José María Aznar. Por estas razones y porque las encuestas le dan ya como virtual ganador, Almunia se sintió obligado a ampliar las ideas de su futuro programa. Almunia escogió Toledo, donde tanto ha debatido con otros compañeros renovadores del PSOE, para esbozar en once puntos su proyecto de gobierno: 1) defensa inequívoca de las reglas de juego democráticas frente a las perversiones y las trampas aplicadas por el PP; 2) atención urgente a la justicia; 3) preocupación diaria por un modelo de Estado; 4) recuperación del prestigio exterior que España tenía en Europa y el mundo con González; 5) rehacer la cohesión de los demócratas frente al terrorismo al margen de las luchas partidistas de PP y PNV; 6) aprovechar la bonanza económica para enriquecer un plan de empleo; 7) apuesta por la educación; 8) compromiso firme con el sistema universal y público sanitario y de pensiones suscrito en el Pacto de Toledo; 9) mantener el equilibrio entre el desarrollo sostenible y la regeneración del medio ambiente; 10) liberalizar servicios y mercados para que la competencia beneficie a los ciudadanos exceptuando más reformas en los contratos de trabajo; y 11) apoyo sincero a la creatividad cultural.

Para Almunia, Borrell no es un rival y de hecho apenas ha aludido a él en los últimos días. Ayer sólo lo hizo directamente en una ocasión y para agradecerle el favor de haber inculcado entre sus simpatizantes que no les afecte lo que digan los dirigentes del partido sobre el mejor candidato. Borrell les reclama que pregunten a sus vecinos y familiares sobre quién puede ganar a Aznar. Almunia se subió a ese argumento de la mano de las encuestas, que le colocan como favorito a cinco días de la votación.

La siguiente alusión a Borrell fue indirecta y le sirvió para desmarcarse de haber heredado el cargo de González: "No estamos ya en épocas de proyectos individuales, hemos madurado. No se trata de inventar un nuevo Felipe González porque él no se ha ido, está vivo y aportando ideas".

En Mérida, por la tarde, Almunia profundizó en ese mensaje: "Para argumentar en favor del resultado al que aspiro, en favor de la confianza que pido, no necesito criticar o enfrentarme a Borrell, y desde luego antes y después de las primarias soy compañero, admirador y amigo de Felipe González; o sea que ninguna sombra de González se proyecta sobre mi territorio político", informa Jeremías Clemente. En Toledo, por la mañana, ante 1.500 personas y en el mismo salón del hotel en el que Borrell congregó a 500 el día de la semifinal europea del Real Madrid, Almunia recogió el aval público de José Bono, líder de una de las comunidades determinantes por su gran afiliación. Desde Madrid le llegó también el de Carlos Westendorp, el último ex ministro de Exteriores de González, que ve en Almunia "una mejor perspectiva del proyecto socialista, para una base social más amplia". Almunia matizó ahí que no va a promover en esta legislatura una ley que obligue a convocar primarias en todos los partidos. Cree que, cuando todas las formaciones lo hayan asumido, la nueva ley de Partidos Políticos debería regularlo. También entiende que debería aplicarse para elegir el nuevo secretario general.

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