Trillo fuerza a Aznar a responder a la pregunta de un diputado socialista

El jefe del Ejecutivo, José María Aznar, se negó ayer en el Congreso a contestar a una pregunta del socialista Jesús Caldera so pretexto de que no se la había formulado de forma expresa. El presidente del Congreso, Federico Trillo, advirtió que el Gobierno conoce de antemano las preguntas, pues se presentan por escrito, pero Aznar insistió en no responder hasta que se le formulase. Finalmente, el propio Trillo tuvo que leer la pregunta para que Aznar respondiese.

La reacción de Trillo salvó al Gobierno de protagonizar un hecho sin precedentes: el silencio ante una pregunta de la oposici...

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El jefe del Ejecutivo, José María Aznar, se negó ayer en el Congreso a contestar a una pregunta del socialista Jesús Caldera so pretexto de que no se la había formulado de forma expresa. El presidente del Congreso, Federico Trillo, advirtió que el Gobierno conoce de antemano las preguntas, pues se presentan por escrito, pero Aznar insistió en no responder hasta que se le formulase. Finalmente, el propio Trillo tuvo que leer la pregunta para que Aznar respondiese.

La reacción de Trillo salvó al Gobierno de protagonizar un hecho sin precedentes: el silencio ante una pregunta de la oposición en un pleno de la Cámara. La cuestión planteada por Caldera hacía referencia a la posible imposición de un canon para sufragar la televisión pública.En el PSOE crece la sensación de que el presidente del Gobierno adopta, desde hace meses, una actitud arrogante ante sus preguntas. Ayer, Aznar les ofreció muy serios argumentos para apuntalar su opinión.

Caldera, secretario general del Grupo Socialista, se dirigió al presidente para reprocharle que no podrá llevar a cabo el intento de crear un canon de 20.000 pesetas anuales para sufragar la televisión pública porque "no dispone de mayoría suficiente en el Parlamento para hacerlo, no porque no tuviera intención de ello". Cuando Caldera concluyó se oyó una voz desde los escaños del Grupo Popular que dijo: "Pero formula la pregunta". Aznar, sin duda, escuchó a su correligionario, se levantó y asombró al hemiciclo con esta respuesta: "Señor presidente, espero que el señor diputado haga la pregunta".

Trillo se apercibió de que podía avecinarse una tormenta y comenzó por advertir que con lo ocurrido se creaba "una situación de cierta perplejidad". Además, recordó a Aznar que las preguntas, "cuando están formuladas con anterioridad, es decir, presentadas la semana anterior, las conoce el Gobierno" e introdujo un intento de salvar la situación recordando que la pregunta de Caldera era nueva y se había aceptado por la junta de portavoces en la mañana de ayer, con lo que instó al diputado socialista a leerla.

Caldera, sabedor del reglamento, reprochó al presidente del Gobierno que lo "ignore tan profundamente". Agregó que la pregunta se había presentado el martes y se limitó a darla "por formulada".

Trillo instó a Aznar a que respondiese, pero la única respuesta "¿Cuándo piensa el Gobierno presentar ante la Cámara el informe sobre Radiotelevisión Española y su futuro, en cumplimiento de lo aprobado el 8 de abril de 1997?".

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No paró ahí la cosa. Los socialistas suelen reprochar al presidente del Gobierno que enfatice lo obvio y Aznar optó por levantar un monumento a la acusación, pero con diseño muy despectivo: "Cuando esté terminado, señor presidente", fue la respuesta que espetó Aznar al diputado socialista.

Caldera se lo reprochó y volvió a insistir en que la tasa de las 20.000 pesetas no se hará realidad porque la mayoría parlamentaria lo impide. Aznar, en su réplica, aseguró que el actual modelo de televisión "es sencillamente inviable" y que el Gobierno "no tiene ninguna intención" de establecer ningún canon.

Antes, Aznar había tenido que aguantar un duro chaparrón de la portavoz de Izquierda Unida, Rosa Aguilar, que le acusó de incumplir los acuerdos del Parlamento, lo que, en su opinión, "significa golpear el sistema democrático y el Estado de derecho" y "engañar a la sociedad". Le acusó también de ser "muy de derechas" y de pretender "vaciar de contenido este Parlamento para reforzar la potestad de su Gobierno". Aguilar se había apoyado en que hay "50 informes que llevan esperando incluso años y 251 preguntas del año 1997 sin responder" por el Gobierno.

Aznar replicó con una retahíla de cifras sobre las proposiciones, mociones y preguntas que se han ido sustanciando en el Parlamento y ofreció porcentajes de cumplimiento muy altos de esas resoluciones parlamentarias.

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