Mi primer maratón
El pasado viernes 3 de abril leí, en la sección Opinión del Lector del, suplemento Madrid de EL PAÍS, una carta firmada por Concepción Maldonado González, a la que deseo contestar. El año pasado, 1997, corrí mi primer maratón de Madrid, el primero de mi vida. Fue una gran experiencia, y a ello contribuyeron personas como Concepción, que, desde balcones y ventanas o en la misma calle, permanecieron varias horas para animar a los corredores de muy diversas y originales formas. Por ello quisiera agradecer a Concepción y a su familia el apoyo que me brindaron en un momento tan difícil com...
El pasado viernes 3 de abril leí, en la sección Opinión del Lector del, suplemento Madrid de EL PAÍS, una carta firmada por Concepción Maldonado González, a la que deseo contestar. El año pasado, 1997, corrí mi primer maratón de Madrid, el primero de mi vida. Fue una gran experiencia, y a ello contribuyeron personas como Concepción, que, desde balcones y ventanas o en la misma calle, permanecieron varias horas para animar a los corredores de muy diversas y originales formas. Por ello quisiera agradecer a Concepción y a su familia el apoyo que me brindaron en un momento tan difícil como fue el final de la cuesta de la calle de Goya para doblar a la de Príncipe de Vergara, momento psicológico muy duro tras más de cuatro horas de carrera. Escuchar el Aleluya de Händel logró levantar mi ánimo y tomar la última recta de la carrera con más ganas.También estoy en contra, como Concepción, del cambio de recorrido del maratón de Madrid: terminar en el parque del Retiro es algo maravilloso. Una carrera popular no genera ingresos a las arcas municipales, como la Feria del Libro o el Camel Trophy. El deporte en España, en este caso el popular, no tiene una gran aceptación entre los organismos oficiales o políticos. Espero que para el año 1999 volvamos al Retiro y podamos escuchar de nuevo a Händel. De todas formas, muchas gracias, Concepción y familia, por el apoyo que me disteis