"Señora, su hijo es un pardillo"

A Remedios y Felipe les despertó a las cuatro y media de la madrugada la llamada de un policía nacional. "Su hijo está detenido por participar en una manifestación no autorizada y causar destrozos", les dijo el agente con voz hueca. ''¿Qué podemos hacer?", preguntó su padre. "Nada, mañana, los podrán ver en plaza de Castilla tras pasar por Moratalaz". La conversación duró un minuto. Remedios y Felipe ni siquiera pudieron hablar con su hijo. Tampoco su abogado, pese a las numerosas llamadas efectuadas a la policía. "Estoy indignado por la falta de información, nuestro hijo está detenido y no sa...

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A Remedios y Felipe les despertó a las cuatro y media de la madrugada la llamada de un policía nacional. "Su hijo está detenido por participar en una manifestación no autorizada y causar destrozos", les dijo el agente con voz hueca. ''¿Qué podemos hacer?", preguntó su padre. "Nada, mañana, los podrán ver en plaza de Castilla tras pasar por Moratalaz". La conversación duró un minuto. Remedios y Felipe ni siquiera pudieron hablar con su hijo. Tampoco su abogado, pese a las numerosas llamadas efectuadas a la policía. "Estoy indignado por la falta de información, nuestro hijo está detenido y no sabemos nada de él", explicó Felipe.Los impacientes padres de varios de los detenidos se reunieron ayer al mediodía en la comisaría de Centro. Allí un agente le dijo a una mujer que proclamaba las bondades de su pequeño de 18 años: "Su hijo es un pardillo. Si la protesta no iba con él, ¿por qué no se salió?", le espetó el agente.

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A las puertas de la comisaría se escuchaban más lamentos y quejas. "A mi hermano, alérgico, le apresaron y ni siquiera le podemos dar su medicamento", decía Amelia.

La súplicas de Emilio, un electricista de 51 años, a la policía no le servían de nada. Su hijo estaba detenido e ignoraba su estado: ''¿No podemos ni siquiera pasar a verle?", preguntaba el padre. El agente ni le contestaba. Sólo movía la cabeza de un lado a otro.

"No sé nada de mi hijo. Me llamó anoche diciendo que le habían pegado y detenido en una manifestación", decía otro padre. "Sólo pude hablar un minuto con él, me contó que estaba bien y que se encontraba en comisaría", añadió.

Tres de los arrestados, Raúl, David y Javi, cantaban canciones con una decena de amigos cuando les absorbió una avalancha de jóvenes. "Los chicos se vieron inmersos en el follón de repente, según nos han dicho las amigas que les acompañaban", comentó el padre de uno de los chicos.

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