Boadila derriba una docena de chamizos y da piso a 25 inmigrantes

El poblado chabolista de Los Yelmos, en Boadllla del Monte (17.814 habitantes), tiene las horas contadas. El Ayuntamiento acomete el desmantelamiento del poblado y lo acompaña del realojarniento de los chabolistas (todos inmigrantes marroquíes varones), que se han apuntado a una lista de espera para encontrar piso. El consistorio ha derribado más de una docena de infraviviendas y ha realojado a 25 inmigrantes.El derribo de las chabolas, el realojamiento y la apertura de una bolsa de trabajo forman parte de una actuación global que culminará con el desmantelamiento del poblado y la integración ...

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El poblado chabolista de Los Yelmos, en Boadllla del Monte (17.814 habitantes), tiene las horas contadas. El Ayuntamiento acomete el desmantelamiento del poblado y lo acompaña del realojarniento de los chabolistas (todos inmigrantes marroquíes varones), que se han apuntado a una lista de espera para encontrar piso. El consistorio ha derribado más de una docena de infraviviendas y ha realojado a 25 inmigrantes.El derribo de las chabolas, el realojamiento y la apertura de una bolsa de trabajo forman parte de una actuación global que culminará con el desmantelamiento del poblado y la integración plena de los chabolistas. Así lo asegura el primer teniente de alcalde, José Galeote, del PP.

El poblado está situado en una zona clave que paraliza el desarrollo urbanístico del municipio. Sobre el suelo que ocupan las 70 chabolas que quedan en pie, el Ministerio de Fomento prevé que pase la M-50. Las infraviviendas están rodeadas de edificios en construcción.

Los chabolistas acusan a los responsables políticos de forzar el desmantelamiento del poblado porque son un estorbo para el crecimiento de la localidad. Aseguran que los responsables municipales desarrollan una estrategia más oscura. "Nos han dejado sin agua desde hace meses. No pasan a limpiar la basura para que se llene esto de mierda. Lo que quieren es echarnos de aquí", explicó ayer uno de los inmigrantes.

Los tres contenedores de agua de los que se proveen los chabolistas en el poblado estaban ayer tirados por el suelo: "Cuando se vaciaron de agua, el viento los tiró", se lamentó uno de los chabolistas. Ahora consumen de un arroyo que pasa junto a las chabolas, cuyo agua no es potable según los técnicos de la Comunidad.

Los chabolistas acusan a los responsables municipales de derribar chamizos cuando sus ocupantes están ausentes. Afirman que sufren un auténtico acoso policial cargado de tintes racistas y xenófobos. "La policía no nos deja en paz", concluyó un inmigrante ayer.

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