Arzalluz comunica a Cascos la decisión del PNV de romper con el PP si se suspenden los traspasos

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, advirtió ayer al vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, que los nacionalistas se sentirán libres de compromisos en su apoyo parlamentario al Ejecutivo si se confirma el anuncio del jefe del Gobierno, José María Aznar, de dar por finalizados los grandes traspasos y de no ceder la cuota de formación del Inem al Gobierno vasco en esta legislatura. Arzalluz anunció, tras su encuentro con Álvarez Cascos, que hablará con Aznar. "Me tiene que decir si se mantienen abiertos los cauces de los traspasos o si se han acabado. Seguiremos apoya...

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El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, advirtió ayer al vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, que los nacionalistas se sentirán libres de compromisos en su apoyo parlamentario al Ejecutivo si se confirma el anuncio del jefe del Gobierno, José María Aznar, de dar por finalizados los grandes traspasos y de no ceder la cuota de formación del Inem al Gobierno vasco en esta legislatura. Arzalluz anunció, tras su encuentro con Álvarez Cascos, que hablará con Aznar. "Me tiene que decir si se mantienen abiertos los cauces de los traspasos o si se han acabado. Seguiremos apoyando si hay desarrollo estatutario, y si no, no. Álvarez Cascos cree que no se ha acabado. Estoy tranquilo".

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La dirección del PNV decidió el lunes trasladar el aviso de ruptura del apoyo al Gobierno si confirmaba que daba por concluidos los grandes traspasos al País Vasco. Para el PNV, dicha confirmación se interpretaría como un incumpliendo de la segunda parte del pacto de investidura, firmado en abril de 1996, sobre el desarrollo del Estatuto vasco. La reacción nacionalista se produjo al conocer la intención del Gobierno de dar por consolidado el Estado de las autonomías. Además, Aznar hizo una declaración rechazando la cesión de la cuota de formación del Inem al País Vasco, reclamación estelar del PNV.Álvarez Cascos trató ayer de suavizar las tensiones con el PNV en un almuerzo, de tres horas, que mantuvo en La Moncloa con su líder, Xabier Arzalluz, y su portavoz en el Congreso, Iñaki Anasagasti. Los dos dirigentes nacionalistas aprovecharon su presencia ayer en Madrid para asistir a la cena organizada con motivo de la visita oficial del presidente turco, Suleiman Demirel, para reunirse con el vicepresidente primero del Gobierno con el que mantienen excelentes relaciones personales.

Aunque las formas fueron buenas, el margen de maniobra de Álvarez Cascos y de Arzalluz y Anasagasti es reducido. Las buenas relaciones entre los tres sirvieron, no obstante, para que el PNV no plantease una ruptura y que, incluso, baraje un margen temporal para superar las tensiones. "Hemos hablado de todo, del clima que se ha ido creando, de declaraciones y contradeclaraciones. No hay nada que reconducir. No se ha roto nada", dijo Arzalluz. "La reunión fue cordial", confirmaron fuentes de La Moncloa.

Arzalluz anunció, tras su almuerzo con Álvarez Cascos, que se entrevistará próximamente con Aznar para conocer de primera mano su posición ante el desarrollo del Estatuto vasco. El presidente del PNV afirmó que Cascos le había adelantado que, a su juicio, no se ha acabado el desarrollo del Estatuto. "Tengo que hablar con Aznar y él será quien me diga si los cauces de desarrollo estatutarlo se han acabado y dudo que me diga eso".

Aznar suaviza su posición

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Ayer mismo, José María Aznar en sus intervenciones públicas, con motivo del segundo aniversario de la victoria electoral del PP, eludió las referencias a la reclamación estelar del PNV, la cesión de la cuota del Inem, rechazada por él, y trató de suavizar las tensiones. ."Existe algún motivo de discrepancia con el PNV, pero eso siempre puede ocurrir. Hay que limitar los desacuerdos, ponerlos en su sitio y que no perturben la relación política. Se afronta un proceso electoral en el País Vasco y estoy convencido de que no afectará a las relaciones PP-PNV, de plena normamalidad y mutua confianza", dijo Aznar.Pero los problemas de fondo impiden un arreglo fácil a las conflictivas relaciones entre el Gobierno y el PNV, con un escenario cada vez más marcado por la etapa preelectoral.

El Gobierno, tal y como confirmó Aznar el lunes, no está dlspuesto a ceder en esta legislatura la reclamación estrella del PNV, la cuota de formación del Inem, tal y como la plantea el Gobierno vasco, por entender que rompe la unidad de caja de la Seguridad Social. El Ministerio de Administraciones Públicas baraja fórmulas, como "la cesión del huevo", esto es, del monto económico del traspaso, pero reservándose el Estado "el fuero"; es decir, la titularidad. El PNV no está dispuesto a pasar por ahí.

Los nacionalistas creen que no disponen de mucho margen de maniobra para responder a lo que interpretan como un incumplimiento del Estatuto de Gernika por el Gobierno, y están decididos a retirarle el apoyo parlamentario en aquellas leyes, como la reforma del IRPF en que Aznar cree necesario su concurso. En este mismo período de sesiones ya se han producido deserciones en el apoyo del PNV a propuestas del Gobierno.

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