Un 'hombre araña' desvalijó nueve veces a sus vecinos de escalera

El ladrón vivía en el segundo piso. Y no era uno cualquiera, sino un hombre araña muy comodón que por las noches se descolgaba por las paredes y desvalijaba los pisos de sus propios vecinos de la calle de Barcelona, número 50, en Móstoles. Ésa era la práctica habitual de Francisco G. G., de 24 años, detenido el jueves pasado como presunto autor de nueve robos en domicilios. Conocido como el araña de Móstoles (196.500 habitantes), el supuesto ladrón actuaba por las noches, cuando sus víctimas dormían, y escalaba por las tuberías del gas colándose en otras viviendas por la coci...

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El ladrón vivía en el segundo piso. Y no era uno cualquiera, sino un hombre araña muy comodón que por las noches se descolgaba por las paredes y desvalijaba los pisos de sus propios vecinos de la calle de Barcelona, número 50, en Móstoles. Ésa era la práctica habitual de Francisco G. G., de 24 años, detenido el jueves pasado como presunto autor de nueve robos en domicilios. Conocido como el araña de Móstoles (196.500 habitantes), el supuesto ladrón actuaba por las noches, cuando sus víctimas dormían, y escalaba por las tuberías del gas colándose en otras viviendas por la cocina.

Las numerosas denuncias acumuladas en el último año en la comisaría de Móstoles coincidían en que el ladrón, sorprendentemente, no forzaba puertas ni ventanas, y tampoco dejaba huellas. Su botín preferido eran las joyas y otros objetos de valor, como radiocasetes o cámaras de fotos. La policía llegó a la conclusión de que el ladrón andaba muy cerca y que, incluso, podría tratarse de alguien que viviera en el mismo edificio de la calle Barcelona, número 50.

El último robo despejó las dudas policiales. Los agentes descubrieron huellas en el patio interior del inmueble, donde unas obras habían dejado una gran capa de polvo. Eran pasos que procedían de la escalera derecha y se dirigían a las tuberías de la escalera del centro. "En el segundo piso residía Francisco, con cinco antecedentes por delitos contra el patrimonio, lo que le convertía en el principal sospechoso", comentó la policía. Tras su detención y registro de su casa, se encontraron objetos que las víctimas reconocieron como suyos.

Algunos vecinos comentaron ayer que jamás sospecharon de este joven, aunque conocían sus problemas con las drogas. "Seguramente optó por una práctica tan arriesgada para poder financiar su adicción", señaló un afectado.

"A veces hemos saltado nosotros de un piso a otro porque nos dejábamos las llaves dentro y pedíamos permiso al vecino", comentó otro residente para dar una idea de la facilidad de acceso del patio interior.

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