EN LA MUERTE DE FERNANDO ABRIL MARTORELL

Fallece Fernando Abril Martorell, principal artifice del consenso con que nació la Constitución

Uno de los principales artífices del consenso con que fue aprobada la Constitución en 1978 falleció ayer en Madrid. Fernando Abril Martorell, de 62 años, vicepresidente del Gobierno con Adolfo Suárez, murió de una embolia pulmonar tras sufrir en los últimos meses un cáncer de pulmón. Su capilla ardiente se convirtió en un lugar de duelo para políticos de todo el arco parlamentario, encabezados por Suárez, que elogiaron su papel en la transición a la democracia, su contribución al saneamiento de la economía y su carácter entrañable. Fernando Abril Martorell será enterrado hoy en Segovia.
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Uno de los principales artífices del consenso con que fue aprobada la Constitución en 1978 falleció ayer en Madrid. Fernando Abril Martorell, de 62 años, vicepresidente del Gobierno con Adolfo Suárez, murió de una embolia pulmonar tras sufrir en los últimos meses un cáncer de pulmón. Su capilla ardiente se convirtió en un lugar de duelo para políticos de todo el arco parlamentario, encabezados por Suárez, que elogiaron su papel en la transición a la democracia, su contribución al saneamiento de la economía y su carácter entrañable. Fernando Abril Martorell será enterrado hoy en Segovia.

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Adolfo Suárez, acompañado por su esposa, Amparo Illana, dejó patente su afecto por Fernando Abril y el dolor por su desaparición a lo largo de las más de dos horas que permaneció en la capilla ardiente, instalada a media mañana en el tanatorio de Madrid. Su amistad databa de hace 30 años, cuando el ex presidente del Gobierno era gobernador civil de Segovia y Abril, ingeniero, agrónomo, jefe del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA).Suárez fue quien, a finales del decenio de los 60, le condujo a la política. Años después, le encomendó el Ministerio de Agricultura (1976-1977) y le convirtió en vicepresidente del Gobierno para Asuntos Políticos (1977-1978). Un periodo, este último, en el que Abril contribuyó de forma decisiva a tejer el consenso con que nació la Constitución de 1978.

Políticos socialistas que tuvieron protagonismo en aquella época comentaban ayer que todavía no se conoce la verdadera magnitud de la aportación de Abril Martorell. Una labor que realizó con discreción, a la sombra de Suárez, y que buscaba más la eficacia que el reconocimiento público. Como cuando negociaba hasta altas horas de la madrugada con Alfonso Guerra preceptos de la Constitución que durante el día se habían convertido en escollos insalvables para los redactores de la Carta Magna.

"Sin su aportación, habría sido muy difícil alcanzar el consenso que se obtuvo", reconoció ayer Miquel Roca, uno de los ponentes de la Constitución, en representación de CiU. "Fue un hombre bastante más importante de lo que hasta, ahora probablemente se puede apreciar. Pero el tiempo lo mostrará", añadió Guerra. Éste le atribuyó directamente el mérito de "lo que después se llamó el consenso constitucional". "Fue", explicó, "quien vio con toda claridad lo que había ocurrido en la historia de España: los vaivenes, durante dos siglos, de media España contra la otra media".

Presidente de Unión Naval de Levante y vicepresidente del Banco Central Hispano, Abril Martorell tuvo ayer el último adiós de banqueros, ex ministros de UCD, ex gobernantes del PSOE, miembros del actual Ejecutivo y representantes sindicales dé su empresa, que recordaron que logró con su trabajo sacar a Unión Naval Levante de la suspensión de pagos.

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El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, destacó la aportación de Abril Martorell a la obra de "colosal envergadura" que fue la transición y su fuerza y su valentía al enfrentarse a su irreversible enfermedad.

Enrique Fuentes Quintana, a quien Abril sustituyó en 1978 como vicepresidente segundo y ministro de Economía -cargo desde el que desarrolló los Pactos de La Moncloa- elogió su "gran eficacia" y su colaboración "en la construcción de la España democrática". Enrique Múgica, ex mistro socialista de Justicia, comentó que Abril "desmentía en su persona el tópico absurdo de que no puede existir un político que sea buena persona". Y José Luis Corcuera, ex titular de Interior y que le conocía desde 1978, cuando ambos negociaron, en representación del Gobierno y de UGT, la reconversión industrial, recordaba cómo Abril se enfrentaba a los problemas: "Llamaba y decía ¡esto hay que arreglarlo!".

Por su capilla ardiente pasaron también el ministro de Sanidad, José Manuel Romay Becaría; el presidente del Consejo de Estado Iñigo Cavero, ex ministro de UCD; el defensor del pueblo, Fernando Álvarez de Miranda; el presidente del Banco Central Hispano, José María Amusátegui, el presidente de la CEOE, José María Cuevas, y el actual gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, quien destacó que Abril Martorell "era una persona estupenda y un político magnífico".

Retirado de la vida pública desde 1982, cuando no resultó elegido diputado como candidato de UCD por Valencia, Abril Martorell aún recibió en junio de 1990 un importante encargo, esta vez del Gobierno socialista. Fue nombrado presidente de la Comisión de Análisis y Evaluación del Sistema Nacional de Salud. De ahí salió, un año después, el informe Abril. "Un diagnóstico magnifico, certero y exacto", según subrayó ayer el secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, Carlos Amaya.

El presidente José María Aznar envió su pésame a la viuda de Abril, María Luisa Hernández, y a sus seis hijos. La Generalitat valenciana le concedió la Alta Distinción de la Comunidad.

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