Los jueces dicen que aumentar las penas no resuelve la violencia juvenil

El problema de la violencia juvenil, que en la Comunidad de Madrid se ha cobrado al menos cinco víctimas mortales a lo largo de los tres últimos años, no se soluciona en ningún caso por la vía de un endurecimiento de las condenas, como en ocasiones cabe deducir del "clamor" de la sociedad. Ése es el diagnóstico en el que ayer coincidieron las asociaciones de magistrados Jueces para la Democracia y Francisco de Vitoria en su comparecencia ante la comisión que analiza el fenómeno de la violencia urbana en la Asamblea de Madrid.Los representantes de ambas organizaciones -la tercera, la Asocia...

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El problema de la violencia juvenil, que en la Comunidad de Madrid se ha cobrado al menos cinco víctimas mortales a lo largo de los tres últimos años, no se soluciona en ningún caso por la vía de un endurecimiento de las condenas, como en ocasiones cabe deducir del "clamor" de la sociedad. Ése es el diagnóstico en el que ayer coincidieron las asociaciones de magistrados Jueces para la Democracia y Francisco de Vitoria en su comparecencia ante la comisión que analiza el fenómeno de la violencia urbana en la Asamblea de Madrid.Los representantes de ambas organizaciones -la tercera, la Asociación de Profesionales de la Magistratura, acudirá la próxima semana- insistieron en que la "exacerbación penal" no conduce a ninguna parte. Muy al contrario, apostaron por otro tipo de estrategias: preventivas, a través de los servicios sociales de los ayuntamientos o las juntas de distrito, y procesales, como la acumulación de causas de características similares.

Esta idea la desarrolló la portavoz de los progresistas Jueces para la Democracia, Raquel Blázquez. "Cuando cabe suponer que los delitos son conexos, la suma de varios procedimientos permitiría valorar el problema más en su conjunto", dijo. La sugerencia recibió gestos de aprobación de las filas socialistas.

Francisco Racionero, representante de la asociación Francisco de Vitoria (de carácter moderado), incluyó otro elemento: una mayor atención a la víctima o a su familia, "que ahora se reduce a unas indemnizaciones que rara vez se llegan a cobrar". Sin embargo, este juez de vigilancia penitenciaria también alertó contra el peligro de "criminalizarlo todo". "Por más que amenacemos con la cárcel, o con el infierno, los jóvenes que predican la barbarie no van a dejar de practicarla. El esfuerzo no debe encauzarse por la vía penal, sino por el de la prevención", enfatizó.

Blázquez se basó en unas estadísticas de la Delegación del Gobierno para sostener que la violencia urbana es un fenómeno en retroceso: "Hay muchos más grupos de emulación que grupos realmente organizados".

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