Norte-sur 37 minutos de viaje bajo tierra

La línea 10 de metro gana un 15% más de usuarios con el nuevo tramo Nuevos Ministerios-Alonso Martínez

"Esta línea me resuelve muchísimo: ahorro 20 minutos en cada viaje. Vengo directo desde Plaza de España hasta Fuencarral. Antes tenía que hacer dos transbordos, o tomar un autobús además del metro", explica el sacerdote Manuel López Agüí. Con el paraguas en una mano y la cartera en la otra, sube las escaleras semivacías que le dejarán en el corazón del barrio de Santana, en los aledaños del viejo pueblo de Fuencarral.El padre López se pierde por los vericuetos que forman los bloques de colores mientras Teresa Sánchez se acerca a la boca del metro: "Ahora es ideal. Yo voy cada tanto hasta Oport...

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"Esta línea me resuelve muchísimo: ahorro 20 minutos en cada viaje. Vengo directo desde Plaza de España hasta Fuencarral. Antes tenía que hacer dos transbordos, o tomar un autobús además del metro", explica el sacerdote Manuel López Agüí. Con el paraguas en una mano y la cartera en la otra, sube las escaleras semivacías que le dejarán en el corazón del barrio de Santana, en los aledaños del viejo pueblo de Fuencarral.El padre López se pierde por los vericuetos que forman los bloques de colores mientras Teresa Sánchez se acerca a la boca del metro: "Ahora es ideal. Yo voy cada tanto hasta Oporto. Antes tardaba una hora y diez, y ahora llego en media horilla".

Madrid norte-sur: 37 minutos sobre ruedas. Es el milagro que ha obrado el cierre de la línea 10 del metro, inaugurada por el presidente del Gobierno el 22 de enero. Gracias al túnel de 1.800 metros construido entre Nuevos Ministerios y Alonso Martínez, con la estación intermedia de Gregorio Marañón, es posible viajar desde Fuencarral hasta Aluche en poco más de media hora. Son 19 kilómetros férreos. Su unión ha costado 5.900 millones de pesetas y muchos meses de obras en el corazón de la ciudad.

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Los usuarios hablan del antes y del después. Y se muestran encantados con el ahorro de tiempo que les supone la unión entre las antiguas líneas 8 y Suburbano, un itinerario rebautizado con el número 10. Hay viajeros que debutan intrigados en la "línea que vale por 10" y concluyen que esa publicidad tiene razón. Como José Vicente Selva, que sube en Plaza de Castilla. Viaja pendiente del reloj, y de las lecciones de solfeo de su hija Nuria. Camino del conservatorio, la pequeña, de siete años, marca los compases: "Do, fa, mi". El padre, a punto de llegar a Plaza de España, echa sus cuentas:

-Chiqueta, por esta línea tardamos 20 minutos menos en llegar -informa a la niña.

-Bueno, mejor. Pero el metro es un rollo, se resigna ella mientras guarda las partituras.

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De Plaza de España a Príncipe Pío: una de las estaciones estrella de la red del metro. Aquí confluyen las líneas 10, circular (6), ramal a ópera y tren de cercanías. Gemma Teuler salta de la 10 a la 6. Viene de plaza de Castilla y va a Lucero. "Antes iba por la línea 1 hasta Cuatro Caminos y ahí transbordaba a la circular. Por aquí me ahorro 10 minutos, aunque por las mañanas vamos como piojos en costura", señala esta veinteañera.

Goteras o "exudaciones"

El éxito se puede traducir en apretones. "Se ha notado un gran aumento de público desde finales de enero, sobre todo a primera hora de la mañana y a mediodía", coinciden varios conductores de la 10 en su oficina de Aluche. Desde su despacho, el consejero de Obras Públicas y Transportes, Luis Eduardo Cortés, desgrana los datos del aumento: "Desde que se ha cerrado la línea, los viajeros han aumentado un 15% y están muy satisfechos".Según esas cifras, en los primeros nueve días de funcionamiento (del 23 al 31 de enero) de la abrochada línea 10 se registraron 798.034 viajes. En el mismo periodo de 1997, se produjeron 693.219 en los tramos Alonso Martínez-Aluche y Fuencarral-Nuevos Ministerios. lldefonso de Matías, ingeniero de Infraestructuras, echa cuentas: "Para el año que viene, la línea 10 registrará una media de 265.270 usuarios cada día laborable".

En esos nueve días de enero, la flamante estación de Gregorio Marañón ha tenido 35.312 usuarios. Algunos se han llevado una sorpresa al comprobar los efectos de las lluvias: hay goteras. "Son exudaciones", corrige Cortés. "Se están reparando. Son inevitables en una obra de ese tipo. Cuando hicimos el intercambiador de Moncloa salieron 1.200", matiza Jesús Trabada, técnico de la Dirección General de Infraestructuras.

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