Interior mantiene el plan policial para el PP y Ardanza acusa de desleal al Gobierno

La decisión del Ministerio del Interior de complementar la protección de la Ertzaintza a los ediles del PP con servicios de contravigilancia ha originado una escalada de tensión sin precedentes entre el Gobierno de la nación y sus socios del Ejecutivo de Vitoria. El Gobierno decidió ayer mantener el dispositivo policial por entender que no invade competencias autónomicas y acusó al PNV de haber comenzado ya la campaña para las elecciones del 25 de octubre. El lehendakari, José Antonio Ardanza, acusó al Gobierno central de deslealtad y de extralimitarse en sus funciones por la utilización de la...

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La decisión del Ministerio del Interior de complementar la protección de la Ertzaintza a los ediles del PP con servicios de contravigilancia ha originado una escalada de tensión sin precedentes entre el Gobierno de la nación y sus socios del Ejecutivo de Vitoria. El Gobierno decidió ayer mantener el dispositivo policial por entender que no invade competencias autónomicas y acusó al PNV de haber comenzado ya la campaña para las elecciones del 25 de octubre. El lehendakari, José Antonio Ardanza, acusó al Gobierno central de deslealtad y de extralimitarse en sus funciones por la utilización de las fuerzas de seguridad del Estado.

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La polémica subió de tono al plantear el presidente del Gobierno vasco si el Ministerio del Interior no estaría buscando, simplemente, aprovecharse de la situación para incrementar la presencia policial en Euskadi. José María Aznar y Ardanza no se pusieron en contacto para abordar el conflicto abierto entre el Ministerio del Interior y la Consejería vasca. El consejero de Interior, Juan María Atutxa -que el jueves desató la crisis al emplazar al Gobierno para que retirase antes del fin de semana los servicios de contravigilancia-, quiso anoche quitar hierro al enfrentamiento. Atutxa aseguró que su exigencia no debe entenderse como un ultimátum y abogó por "reconducir la situación sin que ello suponga agachar la cabeza". En medio de la polémica, el ex presidente del Gobierno Felipe González afirmó ayer durante una reunión del PSOE que en 1993 ETA estaba convencida de que había perdido la partida y buscaba una salida para "salvar los muebles". González culpó al PP, entonces en la oposición, de impedir o dificultar el fin de la violencia: "A algunos no les pareció tolerable que los socialistas culminaran ese periodo intentando acabar, no sectariamente, con un problema de Estado intentando poner fin al terrorismo", afirmó González. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, declaró que la suerte de los concejales del PP asesinados habría sido distinta si se hubiera negociado con ETA y se reafirmó en que no habrá ningún tipo de acercamiento mientras persista la violencia.

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