El Estado más joven de Europa

. El Principado de Andorra adquirió en 1993, con la promulgación de una Constitución, la personalidad internacional que lo llevó a ingresar como Estado miembro en las Naciones Unidas y meses después en el Consejo de Europa. El presidente de la República Francesa y el obispo de la Seu d'Urgell mantienen su condición formal de copríncipes del territorio.

Con 468 kilómetros cuadrados, menos de la cuarta parte de Guipúzcoa, y una población de 64.000 personas, de las que apenas 10.000 tienen derecho a voto, su economía se ha orientado tradicionalmente hacia el comercio, el turismo y la b...

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. El Principado de Andorra adquirió en 1993, con la promulgación de una Constitución, la personalidad internacional que lo llevó a ingresar como Estado miembro en las Naciones Unidas y meses después en el Consejo de Europa. El presidente de la República Francesa y el obispo de la Seu d'Urgell mantienen su condición formal de copríncipes del territorio.

Con 468 kilómetros cuadrados, menos de la cuarta parte de Guipúzcoa, y una población de 64.000 personas, de las que apenas 10.000 tienen derecho a voto, su economía se ha orientado tradicionalmente hacia el comercio, el turismo y la banca.

País de paradojas, permite que cerca de 300 de sus 1.400 o 1.500 funcionarios sean españoles, es decir residentes extranjeros. La adquisición de la nacionalidad andorrana ha sido tradicionalmente difícil. Así, la nueva Constitución la concede a los 25 años de residencia.

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El presupuesto para 1997 era de 27.000 millones de pesetas y se basaba en las tasas sobre la venta de productos. En Andorra no existe ni el impuesto sobre el rendimiento de las personas físicas ni el relativo a los beneficios de las sociedades, por lo que fue elegido como residencia fiscal por algunas figuras del deporte como la tenista Arantxa Sánchez Vicario, artistas como Montserrat Caballé o modelos como Judit Mascó.

El tabaco ha sido un cultivo tradicional en Andorra, aunque su calidad es muy pobre. De hecho, con el florecimiento de la industria tabaquera, los fabricantes tienden a sobrepagar una cosecha que no se usa, pero que permite mantener la ficción de un cultivo tradicional del que viven unas 500 familias campesinas. No existe tampoco IVA sobre el tabaco elaborado y la tasa se limita a 100 pesetas por cajetilla.

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