SINIESTRO EN LA RÍA DE FERROL

El orgullo, por los suelos

Duro revés para Astano, un astillero cuya supervivencia pende de un hilo

, "Lo que le faltaba a Astano", mascullaban los ferrolanos con ese fatalismo que desde hace una década se ha apoderado de una ciudad envidiada en los años 60 y 70, cuando los astilleros florecían como el gran motor industrial de Galicia. En la nueva economía global, la supervivencia de Astano pende de un hilo. La Unión Europea (UE) le ha prohibido construir barcos y, tras concluir la plataforma petrolífera Discoverer Enterprise, es probable que se encuentre sin trabajo. A pesar de los sucesivos recortes, el astillero aún mantiene 1.400 operarios, a los que hay que sumar otros tantos de empresa...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

, "Lo que le faltaba a Astano", mascullaban los ferrolanos con ese fatalismo que desde hace una década se ha apoderado de una ciudad envidiada en los años 60 y 70, cuando los astilleros florecían como el gran motor industrial de Galicia. En la nueva economía global, la supervivencia de Astano pende de un hilo. La Unión Europea (UE) le ha prohibido construir barcos y, tras concluir la plataforma petrolífera Discoverer Enterprise, es probable que se encuentre sin trabajo. A pesar de los sucesivos recortes, el astillero aún mantiene 1.400 operarios, a los que hay que sumar otros tantos de empresas auxiliares.

Por eso la unidad flotante de perforación de petróleo más grande del mundo se había convertido en el gran orgullo del astillero. Estas plataformas tienen el mismo aspecto de un buque gigantesco, de ahí que la UE haya amenazado con impedirle que se encargue de proyectos que se parecen tan sospechosamente a un barco, ya que entiende que, de modo subrepticio, está vulnerando la prohibición comunitaria. A pesar de todos los obstáculos, la Discoverer pudo ser botada el pasado 12 de diciembre con sus impresionantes cifras: 254 metros de eslora (longitud) y 38 de manga (anchura), capaz de albergar a 200 personas, de perforar bolsas de petróleo a 3.000 metros de profundidad, de soportar cargas de 30.000 toneladas, de resistir vientos de 150 kilómetros por hora y olas de 12 metros...

Más información

Astano, condenado hasta ahora a construir plataformas convencionales, lanzaba al agua todo un gigante de la nueva tecnología naval. El destino de esta fortaleza flotante es el golfo de México, donde realizará prospecciones para la compañía Amoco, uno de los grandes del sector petrolero de Estados Unidos. Tras la botadura, estaba recibiendo los últimos toques para ser entregada en abril. Si se producen retrasos, la empresa tendrá que afrontar onerosas penalizaciones.

Las autoridades aseguran que, en principio, la plataforma no sufre desperfectos de importancia: no se halló ninguna fractura en su casco, lo que facilitó la rapidez con que se desarrolló ayer por la tarde la maniobra para desencallarlo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En