Cartas al director

Butano a domicilio

Supongo que muchos ciudadanos quedarían bastante sorprendidos ante la noticia de que se pretende suprimir el servicio de reparto a domicilio de gas butano. Se informa a continuación de que será el usuario el que tendrá que responsabilizarse personalmente de la reposición del combustible, es decir, de cargar y llevar la bombona vacía hasta el coche, acercarse a la estación de servicio más próxima o al hipermercado encargado de la distribución para adquirir el recambio, y volver a cargar la bombona, ahora llena, de nuevo hasta el vehículo y finalmente hasta su casa. No está de más señalar que el...

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Supongo que muchos ciudadanos quedarían bastante sorprendidos ante la noticia de que se pretende suprimir el servicio de reparto a domicilio de gas butano. Se informa a continuación de que será el usuario el que tendrá que responsabilizarse personalmente de la reposición del combustible, es decir, de cargar y llevar la bombona vacía hasta el coche, acercarse a la estación de servicio más próxima o al hipermercado encargado de la distribución para adquirir el recambio, y volver a cargar la bombona, ahora llena, de nuevo hasta el vehículo y finalmente hasta su casa. No está de más señalar que el artefacto en cuestión tiene un peso de 14 kilos en vacío, y de aproximadamente 26 kilos si está lleno.Ignoro quién será el responsable de la ocurrencia, digna de una mente preclara donde las haya. Para empezar se pone en duda que el coche privado reúna las condiciones de seguridad suficientes para efectuar un transporte de tales características. Por otra parte, ¿se ha pensado en los numerosos ancianos de economía modesta que viven en barrios o poblaciones a los que aún no ha llegado el gas natural, y que constituyen la mayoría de los usuarios de un producto energético caracterizado por su bajo coste? ¿O en las mujeres, a las que los facultativos recomiendan que eviten levantar bultos pesados, dado que dicha acción puede perjudicar seriamente a sus ovarios? ¿O en la cantidad de personas carentes de la fortaleza física que habitualmente ostentan los profesionales del levantamiento de peso? ¿Y qué han de hacer los que no tienen coche, pedírselo al vecino?

No nos engañemos, el asunto tiene su intríngulis, y éste no es otro que la disuasión del consumo de butano por la vía de la dificultad en el abastecimiento. No es rentable, por lo visto, y hay que persuadir al usuario de la conveniencia de buscar alternativas. Lo malo es que cualquier alternativa -la electricidad, por ejemplo- es bastante más cara, y no está al alcance de muchas familias. España va bien, sin lugar a dudas, pero sólo para algunos.-

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