La Audiencia Provincial reabre el caso de la plaza de Oriente

La Sección II de la Audiencia de Madrid ha reabierto el caso judicial sobre el presunto daño ocasionado a restos arqueológicos de la plaza de Oriente durante la construcción de un túnel y un aparcamiento en su subsuelo. Este tribunal ha ordenado que se admita a trámite una querella presentada por el abogado Víctor Hortal contra "concejales del Ayuntamiento de Madrid y la empresa" que ejecutó las obras por "atentado contra el patrimonio histórico". "Ahí no se han destrozado varias piedras, como dijo el alcalde; lo que se ha cometido ahí es un auténtico atentado contra el patrimonio histórico", ...

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La Sección II de la Audiencia de Madrid ha reabierto el caso judicial sobre el presunto daño ocasionado a restos arqueológicos de la plaza de Oriente durante la construcción de un túnel y un aparcamiento en su subsuelo. Este tribunal ha ordenado que se admita a trámite una querella presentada por el abogado Víctor Hortal contra "concejales del Ayuntamiento de Madrid y la empresa" que ejecutó las obras por "atentado contra el patrimonio histórico". "Ahí no se han destrozado varias piedras, como dijo el alcalde; lo que se ha cometido ahí es un auténtico atentado contra el patrimonio histórico", ha declarado el letrado.Los presuntos destrozos ocasionados en el subsuelo de la plaza de Orintente (que afectaron a restos de la antigua Casa del Tesoro, del siglo XVI y a un muro árabe del siglo XI) llegaron por primera vez a la vía judicial a través de una querella presentada por la propia fiscalía.

El juzgado que estudió la querella de la fiscalía, el número 20 de instrucción de Madrid, decidió en octubre de 1996, no admitirla a trámite. La fiscalía, disconforme, recurrió esa decisión ante la Sección III de la Audiencia (órgano superior de ese juzgado), pero los tres. magistrados de la sala confirmaron la decisión del Juzgado 20 y archivaron el caso.

Lo que ocurre ahora (y que ha dado lugar a que se active la vía judicial) es que en esa época, verano de 1996, el abogado Víctor Hortal presentó otra querella, distinta a la. del fiscal, ante el Juzgado 20, que ya tenía ese caso en su poder. La titular de ese juzgado, Guadalupe de Jesús, decidió enviar la segunda querella a reparto, y recayó en el Juzgado número 4. La juez de este último juzgado decidió no admitirla a trámite, basándose en que el asunto ya estaba en manos del Juzgado 20.

El abogado Víctor Hortal acudió entonces a la sala que corresponde a ese juzgado, la Sección II de la Audiencia, que ahora ha decidido que la querella sea admitida a trámite y que sea atendida no por el Juzgado 4, sino por el Juzgado 20, por ser éste el primero que conoció el asunto y entender que debió asumir la querella desde el principio.

Así pues, la Investigación judicial sobre la plaza de Oriente sigue abierta. El Juzgado número 20 deberá atender esta segunda querella, aunque en fuentes jurídicas se da como probable que corra igual suerte que la de la fiscalía (el archivo), dado que ya se ha producido una resolución judicial de archivo del caso por parte de la Sección III de la Audiencia Provincial, lo que en la jerga jurídica se considera como cosa juzgada. La Sección II, la que ha ordenado que se admita a trámite la querella de este abogado, no entra en el fondo del asunto. Es decir, en si el Ayuntamiento y la Comunidad dañaron delictivamente los restos de la antigua Casa del Tesoro, del siglo XVI, y un muro árabe del siglo XI durante las obras acometidas en el subsuelo de. la plaza de Oriente. La Sección II se limita a decir que el Juzgado 4 debe admitir la querella de Hortal y remitirla al número 20 para que éste adopte las "medidas legales" oportunas.

La Sección III exculpó a los querellados de la fiscalía (José Miguel Rueda, director general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid; Esther Andreu, codirectora de las excavaciones, y José María Guijarro, director de Obras del Ayuntamiento de Madrid) porque, a su juicio no habían cometido los delitos que se les imputaban. El tribunal, no obstante, expresó "un sincero y profundo sentimiento de preocupación ante la posibilidad de que las obras hubiesen producido algún tipo de daño o deterioro" a la plaza de Oriente y a la riqueza' arqueológica de su subsuelo.

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