Un antiguo izquierdista es el favorito para presidir Corea del Sur

El veterano surcoreano Kim Dae-Jung, antaño tachado de "comunista", tiene ocasión mañana de convertirse en el primer político del mundo que con más intentos de asesinato sufridos alcanza la presidencia. A sus 71 años -aunque hay quien asegura que tiene tres más- llega a la última oportunidad de su tortuosa carrera, tras fracasar otras tres veces en sus aspiraciones, con más posibilidades que nunca de victoria, a juzgar por las encuestas. Como dicen sus colaboradores, es de justicia que ahora le toque gobernar a la oposición. "Kim no suscita ya tantos temores como antes, porque se ha convertido...

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El veterano surcoreano Kim Dae-Jung, antaño tachado de "comunista", tiene ocasión mañana de convertirse en el primer político del mundo que con más intentos de asesinato sufridos alcanza la presidencia. A sus 71 años -aunque hay quien asegura que tiene tres más- llega a la última oportunidad de su tortuosa carrera, tras fracasar otras tres veces en sus aspiraciones, con más posibilidades que nunca de victoria, a juzgar por las encuestas. Como dicen sus colaboradores, es de justicia que ahora le toque gobernar a la oposición. "Kim no suscita ya tantos temores como antes, porque se ha convertido casi en un conservador" dice el politólogo Chaibong Hahm.

El propio Kim se autoconsidera como el "mejor de los líderes" para sacar Corea del Sur de la grave crisis económica que-atraviesa, aunque no ofrece recetas explícitas para ello. Para conquistar el poder, este populista, que cuenta con la simpatía incuestionable de los sindicatos y los estudiantes, ha desarrollado una notable transformación, incluso en el aspecto físico. No ha tenido inconveniente en cantar en karaokes, participar en programas de variedades de la televisión o mejorar su inglés en el extranjero.Pero lo más significativo del cambio fue su alianza con el líder conservador Kim Jong-Pil, actualmente en la oposición, acérrimo enemigo suyo desde los tiempos de la dictadura del general Park Chung-Hee (1961-1979) y que dirigió la temida agencia del espionaje surcoreano durante aquella época. En 1973 los servicios secretos del dictador cuya figura actualmente es realzada por los éxitos económicos de esos años, secuestraron a Kim Dae-Jung en un hotel de Tokio, lo metieron en un barco y tras atarle de pies y manos intentaron tirarle por la borda. La presencia de otra embarcación les hizo cambiar de parecer. Dos años antes, durante su primera campaña presidencial, sufrió un sospechoso accidente de coche, que le dejó una ligera cojera.

"Kim ha cambiado porque se ha dado cuenta de que todo ello le reportaba votos. Sabe que tiene un electorado fiel, el de su región [Cholla, en el oeste], que siempre le respalda al 100%, pero que necesita de al menos otro 10% para ganar unas elecciones. Tal vez en esta ocasión, aliándose con Kim Jong-Pil, lo logre", explica Chaibong Hahm, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Yonsei, la segunda más importante del país y tradicionalmente feudo del movimiento radical estudiantil. "El movimiento estudiantil está en estos momentos muerto y también se hallan en una situación muy delicada los sindicatos, que se debaten entre la conciencia de clase de quienes piensan que habrá que hacer frente a los despidos y el patriotismo de los que estiman que hay que hacer sacrificios", añade. "Kim no suscita ya tantos temores como antes porque se ha convertido casi en un conservador".

Kim Dae-Jung no oculta ahora sus buenas relaciones con muchos empresarios, que antaño le tildaban de "comunista" y de espía del Norte. Uno de sus principales colaboradores, a quien podría encargar la cartera de Economía, es el fundador de la primera empresa siderúrgica del país, Pohang Iron & Steel.

"Creemos que él es la persona más idónea para dirigir la nación y defender los intereses de los trabajadores", opina Choi DaeYeul, portavoz de la Federación de Sindicatos, la primera central del país. El partido de Kim se sumó en febrero a la propuesta de reforma laboral presentada por el Gobierno por el cual el despido laboral quedará autorizado a partir de 1999. "Lo pasado, pasado está", afirma el dirigente sindical, que cree que una vez llegue a la presidencia Kim Dae-Jung reformará el proyecto.

Kim ha hablado vagamente de la conveniencia de que empresarios y trabajadores busquen fórmulas que impidan la catarata de despidos que va a provocar la aplicación de las medidas de saneamiento financiero y liberalización del mercado dictadas por el Fondo Monetario Internacional.

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Kim defiende las negociaciones cuatripartitas de paz, así como una reunión entre los presidentes de las dos Coreas. "Es el menos diablo de los tres", opina el profesor Chaibong Hahm al referirse a los otros dos candidatos, el ex magistrado Lee HoiChang, de 62 años, sin apenas carisma, y pegado a Kim en los sondeos, y el gobernador Rhee In-Je, de 49.

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