Diez concejalías para un regidor

Julio Fernández, alcalde de Brunete, es un administrativo de la Universidad Politécnica, de 46 años, que se ha atrincherado al frente del municipio. A pesar de tenerlo todo en su contra (moción de censura, un recurso contencioso-administrativo ante los tribunales por paralizar la vida municipal y la oposición en bloque de los concejales), nunca se rinde. Se niega a abandonar su cargo y dice que quiere hacer "muchas cosas por el pueblo".En agosto pasado, aseguró a EL PAÍS que los concejales que le quieren desbancar, "sobre todo los del PP [que gobernaron hasta junio de 1995], sólo pretenden rec...

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Julio Fernández, alcalde de Brunete, es un administrativo de la Universidad Politécnica, de 46 años, que se ha atrincherado al frente del municipio. A pesar de tenerlo todo en su contra (moción de censura, un recurso contencioso-administrativo ante los tribunales por paralizar la vida municipal y la oposición en bloque de los concejales), nunca se rinde. Se niega a abandonar su cargo y dice que quiere hacer "muchas cosas por el pueblo".En agosto pasado, aseguró a EL PAÍS que los concejales que le quieren desbancar, "sobre todo los del PP [que gobernaron hasta junio de 1995], sólo pretenden recuperar el poder para proteger los intereses personales que tienen en el municipio". Los ediles del PP niegan estas acusaciones y recuerdan que "los proyectos del pueblo están paralizados y la deuda crece sin pausa".

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Ante esta situación, Fernández lleva a la espalda 10 concejalías. No cobra sueldo, sólo dietas por comisiones y plenos. "Saco unas 80.000 o 90.000 pesetas al mes", afirmó.

De todas formas, la falta de equipo de gobierno le obligó el verano pasado a dar carta blanca a los integrantes de las peñas para organizar las fiestas locales. Cuando la portavoz del PP, Concha Iglesias, puso el grito en el cielo al descubrir que las peñas entraban en los despachos municipales como si estuvieran en su casa, Fernández le res pondió despectiva mente: "Iglesias debe ría estar callada, en vez de criticar a las personas que trabajan gratis por el pueblo".

Ayer, la esposa de Fernández declaró a Telemadrid que la interposición de la moción de censura contra su marido convaleciente "era una puñalada trapera". La oposición no lo ve así.

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