SALAS

Los empresarios teatrales culpan al Festival de Otoño del descenso de público

La temporada teatral madrileña 96-97 tuvo 200.000 espectadores menos que la anterior, según datos del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música cedidos por la Sociedad General de Autores. Pero han sido los teatros privados los que más han sufrido este descenso: su público pasó de 1.262.253 espectadores a 959.234. Los empresarios de estas salas culpan al Festival de Otoño, cuyo inicio coincide con el arranque de la temporada teatral y resta protagonismo al resto de los espectáculos. Los teatros privados piden que esta muestra se traslade a la primavera.

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La temporada teatral madrileña 96-97 tuvo 200.000 espectadores menos que la anterior, según datos del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música cedidos por la Sociedad General de Autores. Pero han sido los teatros privados los que más han sufrido este descenso: su público pasó de 1.262.253 espectadores a 959.234. Los empresarios de estas salas culpan al Festival de Otoño, cuyo inicio coincide con el arranque de la temporada teatral y resta protagonismo al resto de los espectáculos. Los teatros privados piden que esta muestra se traslade a la primavera.

Concretamente, durante la temporada 1996-1997 se alcanzó en Madrid la cifra de 1.714.751 espectadores, frente a los 1.928.142 del año anterior. Sin embargo, ha habido un aumento de espectadores en los teatros públicos. Los privados, los peor parados, tienen muy clara la causa de su pérdida de público: señalan en primer lugar al Festival de Otoño y añaden que ha habido varios teatros cerrados, como el Marquina. (en obras desde hace dos años)."El Festival de Otoño tapona el buen arranque de la temporada teatral en Madrid. Ofrece obras de poca estancia. El público, por esa razón, no va a ver espectáculos con vocación de tiempo", explica Alejandro Colubi, presidente de la Asociación de Empresarios de Locales de Teatro.

"Además, el Festival de Otoño hace una campaña muy fuerte de publicidad que ahoga, tapa y hace que se vea poco la que hacen los teatros privados. Los críticos tienen que ver muchas cosas en poco tiempo. Por eso van tarde a los espectáculos de temporada. El Festival de Otoño rompe la dinámica tradicional. Pero eso no significa que no deba existir, sino que debería trasladarse a la primavera. Así apoyaría al teatro en lugar de hacerle competencia. Es un punto de vista que comparten los empresarios, los autores, los directores y los actores", añade Colubi, que asegura que ya se ha tratado este asunto con la Administración. Y hace también algo de autocrítica: "A lo mejor, la oferta no es todo lo atractiva que quisiéramos". Antonio del Castillo, propietario del teatro Infanta Isabel, comenta por su parte: "La publicidad que hace el sector privado queda ensombrecida por la de la Comunidad. Se invierte, pero esa inversión no es rentable. El arranque es malo y luego remontar es complejo".

Enrique Cornejo, presidente de la Asociación de Productores de Teatro y propietario de dos salas, asegura: "Hemos solicitado reiteradamente a la Comunidad el traslado del festival a la primavera. La importancia de la muestra será la misma. Pero no tiene sentido que se centre en una época reina y nos este público a los empresarios privados. El Festival de Otoño está estrangulando al sector privado". Cornejo añade: "Nuestra asociación tiene la promesa de Villapalos del traslado a mayo del festival. Esto lo prometió el año pasado, pero ya no ha lugar esperar más. Necesitamos que se traslade a mayo, está prometido oficialmente".

Por parte del Festival de Otoño (que en la última edición ha sumado casi 90.000 espectadores) contesta su directora, Alicia Moreno. "No considero que el festival aturda la temporada teatral, ni creo que sea el responsable de esa pérdida de espectadores. Yo apostaría siempre por que haya más espectáculos. Lo correcto es pelear por una ciudad con un apoyo absoluto a las artes escénicas, pero no ir en contra del Festival de Otoño. Yo acataría la decisión de trasladarnos a primavera, pero este año no estamos a tiempo. Tampoco sé qué pasaría si nos fuéramos a la primavera, que es plena temporada".

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