Cartas al director

A la plaza

El 1 de diciembre, le escuché por la radio entonando con Olga Ramos un villancico en el que animaba a los madrileños a que acudiéramos a la plaza Mayor con nuestros hijos; pues bien, eso mismo hicimos, el pasado sábado día 29 de noviembre, mi familia y yo, yendo acompañados de niños de diferentes edades y trasladándonos en coches, ya que, precisamente por ser sábado y llevar niños pequeños, nos ra más cómodo el viaje; hasta quí iniciábamos el espíritu navideño que usted cantaba al pueblo de Madrid.Al acceder la calle Mayor, desde Bailén, figuraba en los indicadores que el aparcamiento de la c...

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El 1 de diciembre, le escuché por la radio entonando con Olga Ramos un villancico en el que animaba a los madrileños a que acudiéramos a la plaza Mayor con nuestros hijos; pues bien, eso mismo hicimos, el pasado sábado día 29 de noviembre, mi familia y yo, yendo acompañados de niños de diferentes edades y trasladándonos en coches, ya que, precisamente por ser sábado y llevar niños pequeños, nos ra más cómodo el viaje; hasta quí iniciábamos el espíritu navideño que usted cantaba al pueblo de Madrid.Al acceder la calle Mayor, desde Bailén, figuraba en los indicadores que el aparcamiento de la calle Mayor estaba "libre", por lo cual nos dirigimos hacia él, y, sorpresivamente, la calle Mayor está en obras en estas fechas, había un gran atasco y cuando, después de 20 minutos, llegamos al aparcamiento estaba "ocupado"; esperamos y, finalmente, accedimos a él.

Alrededor de las 21.10 regresamos al aparcamiento cargados de compras de motivos navideños y nos encontramos en el interior con los automóviles parados, con un nivel de contaminación importante y un ruido ensordecedor de bocinas de los coches. Por fin, a las 22.15 -es decir, después de una hora, coincidente con la de la cena de los chavales- conseguimos salir del aparcamiento.

Durante esa hora subimos en varias ocasiones para comprobar si existía un problema en la salida y, sorpresivamente, la dificultad la estaban originando dos guardias municipales que paraban la salida de los coches del aparcamiento. Por lo anteriormente expuesto, y asumiendo que el transporte público es el mejor medio para acceder al centro de Madrid, y así lo vengo haciendo durante todo el año, me dirijo a usted para que realice las gestiones oportunas a fin de agilizar tanto la entrada como las salidas de los aparcamientos públicos, que los indicadores del nivel de ocupación de los mismos faciliten una correcta información, que los guardias municipales -antes de tomar medidas concretas para agilizar la circulación- tengan un conocimiento más global de la incidencia de las mismas y que los mencionados aparcamientos públicos dispongan, en estas fechas, de personal que se preocupe, aparte de cobrar, de atender a sus clientes.

Por último, le sugeriría que, en caso de no estar en su mano el tomar las medidas correctoras, con carácter urgente, de la situación anteriormente expuesta que afectó a todos los madrileños que aparcamos el pasado sábado en el aparcamiento de la calle Mayor, por favor, no nos invite a acudir a la plaza Mayor con nuestros hijos, porque, como usted convendrá conmigo, el espíritu navideño se desmoronó dentro del aparcamiento.-

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