Los directores de las carceles de Vigo y Lanzarote, relevados tras huir 4 presos

A preso fugado, director destituido. Ésta parece ser la consigna de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias tras la cadena de fugas al viejo estilo que se han sucedido durante el último mes y medio y originado una situación desconocida desde hace varios años. La evasión de cinco reclusos -dos de ellos peligrosos- se ha saldado con la destitución del director del penal de Lanzarote y del subdirector de seguridad del de Madrid-Carabanchel, además de la dimisión del responsable del de Vigo.

Manuel de Pedro, de 50 años, tomó posesión la semana pasada del cargo de director de la...

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A preso fugado, director destituido. Ésta parece ser la consigna de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias tras la cadena de fugas al viejo estilo que se han sucedido durante el último mes y medio y originado una situación desconocida desde hace varios años. La evasión de cinco reclusos -dos de ellos peligrosos- se ha saldado con la destitución del director del penal de Lanzarote y del subdirector de seguridad del de Madrid-Carabanchel, además de la dimisión del responsable del de Vigo.

Manuel de Pedro, de 50 años, tomó posesión la semana pasada del cargo de director de la vieja prisión de Vigo en sustitución de Jesús López Bouzas, quien presentó su dimisión tras producirse el pasado 25 de noviembre la evasión de Alfredo Sánchez Chacón, Rambo, y Saturnino Cerezo Cancelas, Canceliñas.López Bouzas se hallaba de vacaciones la tarde en que Rambo y Canceliñas forzaron la reja de una ventana, descendieron hasta un foso con ayuda de sábanas anudadas, escalaron un muro y salieron por la puerta principal de la prisión, aprovechando que estaba semiabierta porque acababa de entrar un funcionario. Pese a que no estaba de servicio en ese momento, Bouzas presentó su dimisión a Ángel Yuste, director general de Instituciones Penitenciarias.

Rambo, un peligroso delincuente que debe su apodo a su antigua condición de soldado de élite en los Cuerpos de Operaciones Especiales (COES), huyó a Portugal en un BMW robado a las puertas de la prisión junto con su compañero. Éste ya ha sido detenido, pero no así el antiguo militar, en cuyo historial consta el asesinato de un hombre en un club de Cuntis (Pontevedra) en el verano de 1996.

El 29 de noviembre pasado, apenas cuatro días después de la espectacular evasión ocurrido en Vigo, otros dos presos decidieron seguir el mismo camino. A. E. M. R. y su colega C. A. H. C., ambos presos en espera de juicio, serraron los barrotes de la cárcel de Tahíche, en el municipio de Teguise (Lanzarote), escalaron una pared y, después de recorrer sin el menor tropiezo varios tejados, ganaron la libertad.

Los dos fugitivos de la cárcel, naturales de Fuerteventura, están acusados de delitos contra la propiedad.

Nada más conocerse su escapada, las fuerzas de seguridad del Estado montaron una operación de rastreo que no ha dado resultado hasta ahora. La policía no ha logrado determinar cómo pudieron romper el cerco y huir de la isla.

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El director de la cárcel de Tahíche, José Antonio Gómez Novoa, ha sido relevado y sustituido por el hasta ahora subdirector, Javier Mora. La representación sindical ha convocado para esta misma semana encierros y paros parciales, en protesta por la destitución y asegurando que desde hace meses habían alertado a las instituciones Penitenciarias de que la actual población reclusa triplica la capacidad del centro, informa Marta Cantero.

Esta insólita cadena de evasiones se inició con la del portugués Eduardo Antonio Serra Portela, un presunto narcotraficante que se esfumó el domingo 26 de octubre de la cárcel de Madrid-Carabanchel, donde estaba a la espera de ser extraditado a su país.

Los funcionarios de Carabanchel, al hacer el recuento de internos, descubrieron la desaparición de Serra que estaba preso desde que fuera detenido en septiembre de 1996 en Madrid por pesar sobre él una orden de busca y captura dictada por un juzgado portugués. Fuentes penitenciarias sospechan que el recluso huyó por la puerta, posiblemente gracias a la complicidad de alguno de los llamados presos de confianza. La evasión le costó el cargo al subdirector de Seguridad, Félix Benito Rodríguez.

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