Anguita acusa al Gobierno de ignorar su promesa de combatir la corrupción y el crimen de Estado

Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida (IU), acusó ayer al Gobierno de José María Aznar de estar implicado en "extraños consensos de sumisión y servidumbre doméstica a no se sabe qué exigencias del sistema". En plata, "la derecha ha incumplido su promesa de luchar contra la corrupción y los crímenes de Estado". En el discurso inaugural de la V Asamblea de IU, Anguita tendió una mano a los sindicatos para juntos volver a ser lo que fueron, pero les anticipó que IU no está dispuesta a dejar que cosas tan concretas como la jornada de 35 horas se discuta por los agentes sociales, si...

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Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida (IU), acusó ayer al Gobierno de José María Aznar de estar implicado en "extraños consensos de sumisión y servidumbre doméstica a no se sabe qué exigencias del sistema". En plata, "la derecha ha incumplido su promesa de luchar contra la corrupción y los crímenes de Estado". En el discurso inaugural de la V Asamblea de IU, Anguita tendió una mano a los sindicatos para juntos volver a ser lo que fueron, pero les anticipó que IU no está dispuesta a dejar que cosas tan concretas como la jornada de 35 horas se discuta por los agentes sociales, sino que debe ser aprobada por elParlamento.

Empezó la V Asamblea con cuatro horas de retraso. Y con casi la mitad de los 1.500 compromisarios retenidos en las heladas carreteras. Algunas de las delegaciones invitadas, que también sufrieron las consecuencias del temporal, se fueron incorporando a lo largo de la intervención de Julio Anguita.Fue ayer un discurso en el que, por primera vez, Julio Anguita lanzó sus venablos fundamentalmente contra el PP. Las referencias al PSOE fueron de su pasado y pueden resumirse en las palabras: "Ahí está la historia". En esa historia citó el apoyo de IU a las tres huelgas generales. Pero donde Anguita estuvo ácido y casi resentido fue al hablar de los incumplimientos del PP. Reprochó al Gobierno sus dejaciones ante lo que considera "transgresiones del Estado de Derecho" y ante el "absolutismo político y económico".

"La derecha", dijo Anguita entre fuertes aplausos, "ha incumplido su promesa de luchar contra la corrupción y los crímenes de Estado". Y, en tono irónico, aseveró: "Ha predominado el pragmatismo de tal manera que el Gobierno está implicado en extraños consensos de sumisión y servidumbres domésticas a no se sabe qué exigencias del sistema".

En el tenebroso dibujo que hizo de la situación actual, Anguita sacó la cara por "aquellos jueces y fiscales que, por su independencia, están siendo linchados por grupos mediáticos, económicos y políticos". Son, en cualquier caso, males del liberalismo. "Para el liberalismo", advirtió, "la democracia es subversión. Seamos subversivos".

Ahora todo el mundo habla de la jornada laboral de 35 horas, del reparto del empleo. Pero Anguita ya lo había anunciado mucho antes. "¿Os acordáis la carcajada con que se me saludó cuando propuse el reparto del tiempo de trabajo?". Mas sin rencores y lo pasado, pasado. Anguita anunció que Izquierda Unida va a defender ardorosamente la reducción de la jornada laboral. Porque él quiere que se recupere la buena sintonía con los sindicatos. Con una advertencia: No está de acuerdo con que este asunto quede en manos de los agentes sociales, tal y como en España defienden el Gobierno, el PSOE y los propios sindicatos y la patronal. "¿Cómo vamos a dejar que negocie el lobo con la oveja?". Nada, nada, a la francesa: por ley.

Anguita analizó el papel que en estos 11 años ha jugado esta IU que nació tras el referéndum de la OTAN de 1986, y afirmó que había que "sellar un pacto por la unidad de acción".

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Pasó de puntillas sobre la propia crisis de IU, que situó en a crisis de las izquierdas iniciada con la caída del Muro de Berlín. No mencionó que, por primera vez, se llega a una Asamblea con una organización desgarrada y en la que la mayoría de sus fundadores han abandonado -unos por grado y otros, por fuerza- este proyecto.

Como es habitual, Anguita utilizó un lenguaje barroco, yendo de la lírica a la épica y de la lección de historia al consejo moral. Así, reivindicó la utopía, "que no la quimera", por ser en la inmensa mayoría de los casos realizable.

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