Ardanza cree esencial un acuerdo sobre pacificación entre los socios del tripartito
El presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, cree que sería de gran importancia que los dos sectores del Gobierno, nacionalistas y socialistas, llegasen a un acuerdo sobre pacificación antes del final de la legislatura. Un acuerdo de ese tipo prepararía el camino a la reedición de un pacto de gobierno entre las tres formaciones tras las elecciones autonómicas, previstas para otoño de 1998.
El PSE aprobó en su III Congreso una propuesta según la cual sólo entrará en el futuro Ejecutivo vasco si los partidos integrantes se comprometen a dirigir la política antiterrorista. E...
El presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, cree que sería de gran importancia que los dos sectores del Gobierno, nacionalistas y socialistas, llegasen a un acuerdo sobre pacificación antes del final de la legislatura. Un acuerdo de ese tipo prepararía el camino a la reedición de un pacto de gobierno entre las tres formaciones tras las elecciones autonómicas, previstas para otoño de 1998.
El PSE aprobó en su III Congreso una propuesta según la cual sólo entrará en el futuro Ejecutivo vasco si los partidos integrantes se comprometen a dirigir la política antiterrorista. El lehendakari advirtió ayer que los tres socios actuales tendrán que volver a hablar "tras las elecciones", pero recalcó que sería "un importante avance" en materia de pacificación lograr un acuerdo sobre este asunto entre los tres partidos (PNV, PSE y Eusko Alkartasuna) que forman el Gobierno vasco, entre otras cosas porque estas tres formaciones representan la realidad dual de la pluralidad vasca".
Ardanza urgió el pasado martes en Vitoria a los tres partidos a reabrir el apartado del acuerdo programático del tripartito en el que figura como objetivo de la legislatura poner en marcha la segunda fase de la Mesa de Ajuria Enea, según explicó ayer.
Aunque las formaciones democráticas ya han mantenido diversos contactos al respecto, el equipo de gobierno no acude a ese foro con una posición unilateral, sino que cada partido expresa sus propias teorías. Una situación que para los socialistas ha frenado la acción del Ejecutivo y se ha convertido en un punto de desorientación social.