La intervención del Gobierno para evitar una crisis bancaria hace subir la Bolsa de Tokio un 7,96%

La Bolsa de Tokio subió ayer un 7,96% (1.200 puntos), lo que aleja de momento los fantasmas de la crisis financiera que se cernían sobre el sector bancario japonés. Esta reacción de la Bolsa se ha producido tras anunciarse la quiebra de uno de los grandes bancos comerciales de Japón, el Hokkaido Takushoku, acosado por el creciente número de impagados que sufre desde finales de los años ochenta, y el posterior anuncio del ministro japonés de finanzas, Hiroshi Mitsuzuka, de que el banco de Japón garantiza la devolución de fondos a todos los depositantes.

Esta garantía hizo saltar la B...

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La Bolsa de Tokio subió ayer un 7,96% (1.200 puntos), lo que aleja de momento los fantasmas de la crisis financiera que se cernían sobre el sector bancario japonés. Esta reacción de la Bolsa se ha producido tras anunciarse la quiebra de uno de los grandes bancos comerciales de Japón, el Hokkaido Takushoku, acosado por el creciente número de impagados que sufre desde finales de los años ochenta, y el posterior anuncio del ministro japonés de finanzas, Hiroshi Mitsuzuka, de que el banco de Japón garantiza la devolución de fondos a todos los depositantes.

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Esta garantía hizo saltar la Bolsa de Tokio, que consiguió la mayor subida en tres años y medio para el índice Nikkei y desencadenó un movimiento alcista en el resto de los mercados, con avances superiores al 3%.La importancia de la ayuda del Gobierno japonés al banco en apuros radica en que es el décimo en tamaño en la banca japonesa y en que puede ser un precedente para arbitrar futuros programas de ayuda al resto del sistema, cuyos problemas se han agravado en las últimas semanas debido a la crisis en el sureste asiático.

Las entidades japonesas cuentan con amplios intereses en aquella zona, ahora en situación precaria debido a la devaluación de muchas de sus divisas. El endeudamiento en yenes por parte de muchas empresas de los países envueltos en la reciente crisis financiera convierte su devolución en algo problemático, agravando con ello los problemas de los bancos japoneses.

Muchos de estos bancos aún no se han recuperado de los efectos del boom inmobiliario de los años ochenta, que dejaron millones de créditos impagados. Los inversores respiraron ayer aliviados al comprobar cómo el Gobierno japonés se decidía por fin a tomar medidas.

La Bolsa de Hong Kong se sumo inmediatamente a la recuperación y terminaba con una subida de 462 puntos, el 4,64%. Los inversores europeos, acostumbrados en las últimas semanas a utilizar estos dos mercados como referencia, iniciaron la actividad con espíritu comprador y todas las bolsas del continente cerraron con fuertes subidas.

La Bolsa de Madrid ganó el 3,04%, Londres el 2,64%, París el 2,85% y Francfort el 3,81%, situación que consiguió trasladarse horas después a la apertura de Wall Street. El mercado neoyorquino terminó con una ganancia de 125,74 puntos, un 1,66%, y cerró la sesión en 7.698,22. La decisión del Gobierno japonés también afectó al dólar, que perdió el brío de días anteriores y volvió al nivel de los 125 yenes en el mercado de divisas de Tokio.

Para los observadores, la reacción de la Bolsa de Tokio es un tanto artificial. Parece forzada por la presencia de elementos ajenos a la marcha del mercado pero que, a fin de cuentas, garantizan que los problemas van a ser mucho menores o que pueden desaparecer.

Un grave problema

De hecho, los valores bancarios nipones registraron ayer espectaculares subidas. El Nomura Securities ganó un 12,5%, el Fuji Bank un 12,9%, el Bank of Tokyo-Mitsubishi un 13,6% y el Tokai Bank un 17,1%.Sin embargo, el sistema financiero japonés aparece en estos momentos como un problema de una gran magnitud, debido precisamente a las repercusiones de la crisis financiera del sureste asiático.

Hasta ahora la presencia de este problema sólo se sospechaba, pero la presentación de quiebra por parte del décimo banco japonés viene a confirmar los temores de muchos analistas sobre el contagio de los problemas de los llamados tigres asiáticos, ya que al, fin y a la postre Japón es la potencia económica de aquella zona y la que más intereses tiene a todos los niveles.

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