Dos aviones abortan el aterrizaje en Barajas al no ver las luces de las pistas

Dos vuelos, procedentes de Palma de Mallorca y de Barcelona, abortaron ayer sus maniobras de aterrizaje. Los comandantes de las aeronaves no se atrevieron a tomar tierra debido a la densa niebla que cubría la pista del aeropuerto de Barajas. Los dos pilotos decidieron repetir su aproximación al no ver las luces de las pistas. En total, 167 vuelos tuvieron retrasos que de media alcanzaron unos 60 minutos. El periodo crítico se vivió por la mañana, entre las siete y las once. El aeródromo no logró la calma hasta mediodía.

Las dos aeronaves afectadas pertenecían a las compañías Spanair y A...

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Dos vuelos, procedentes de Palma de Mallorca y de Barcelona, abortaron ayer sus maniobras de aterrizaje. Los comandantes de las aeronaves no se atrevieron a tomar tierra debido a la densa niebla que cubría la pista del aeropuerto de Barajas. Los dos pilotos decidieron repetir su aproximación al no ver las luces de las pistas. En total, 167 vuelos tuvieron retrasos que de media alcanzaron unos 60 minutos. El periodo crítico se vivió por la mañana, entre las siete y las once. El aeródromo no logró la calma hasta mediodía.

Las dos aeronaves afectadas pertenecían a las compañías Spanair y Air Europa. El primero, el vuelo 611, procedente de Palma de Mallorca, tenía que haber aterrizado a las 8.45. Sin embargo, la precaución del piloto hizo que tomara tierra 22 minutos más tarde. Idéntico caso le sucedió al 2152, de Barcelona, de la segunda empresa. Debería haber tomado tierra a las 8.49, pero no lo hizo hasta las 9.20. Durante media hora estuvo sobrevolando los alrededores del aeródromo. Según informó un portavoz del aeropuerto de Barajas, estos dos intentos se vieron abortados porque los pilotos no tuvieron la seguridad al realizarlos. "Generalmente se produce cuando el piloto, al estar sobre unos 15 metros por encima de la pista, no llega a ver las luces que la iluminan. Se da sobre todo cuando se dan todas las garantías", puntualizó la citada fuente, "pero todo depende de las características particulares de cada piloto y de cada aeronave. No hay reglas fijas".La niebla se dejó sentir en los viajeros en forma de retrasos. Algunos vuelos llegaron a acumular hasta dos horas de demora. La densa niebla, en general, y problemas particulares de cada compañía, como retrasos de algunos grupos de viajeros o el incumplimiento en los horarios de carga y descarga de los aviones, fueron las principales causas.

El aeropuerto de Barajas tuvo, entre salidas y entradas, un total de 589 movimientos. De éstos, 167 sufrieron retrasos de unos 55 minutos por término medio. Al cuadro se unieron las 28 cancelaciones de vuelos que registró el aeródromo por diversas causas -entre ellas, no haber suficientes pasajeros-, según el citado portavoz. Sus destinos eran Murcia, Barcelona o Valencia, entre otros. El tiempo medio de demora fue de 47 minutos para las llegadas y de 57 para las salidas.

Los mayores problemas se concentraron entre las siete y las once de la mañana. En esas horas fue cuando las nubes estaban más bajas y la niebla se convirtió en más densa. A partir de mediodía, Barajas logró recuperar la calma. La tranquilidad sólo llegó a las dos de la tarde, cuando se consiguió eliminar todos los retrasos que se habían acumulado durante el comienzo de la jornada. Coincidió con la llegada del sol y el cese de las inclemencias meteorológicas.

Precisamente, la niebla es una mala inclemencia para el colapsado aeropuerto de Barajas. Cuando llega esta contrariedad es frecuente que se acumulen las incidencias. El pasado 12 de enero se tuvieron que cancelar un total de 32 vuelos y otros 12 fueron desviados a otros aeropuertos en una jornada que fue considerada como caótica. En aquella ocasión falló el sistema antiniebla del aeródromo. Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), responsable de Barajas, alegó que la mayoría de los aviones que iban a despegar o aterrizar carecían de receptores para descodificar la señal que emite la torre de control para guiar a los aparatos entre la bruma.

Idéntica situación se vivió el 2 de febrero, cuando la niebla visitó de nuevo Madrid y, con ello, su aeropuerto. Sevilla y Málaga acogieron dos vuelos cuyo destino era la capital.

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Un sistema de 1991

Según las declaraciones que realizó Juan Ignacio Lema, el entonces director de Barajas, en 1994, "la niebla ha dejado de ser un problema en el aeropuerto".El sistema de comunicación denominado instrumental landing system (lLS) fue instalado en noviembre de 1991 para solucionar los problemas de aterrizaje con escasa visibilidad, como sucede con bruma. De hecho, el ILS elevó la categoría del aeropuerto y lo homologó al resto de aeródromos europeos. En teoría, este sistema debía permitir que las aeronaves no tuvieran que aterrizar en otras ciudades que carecieran de condiciones climatológicas adversas. Un año después de su instalación y puesta en funcionamiento se llegó a demostrar que un tercio de los pilotos de Iberia seguían sin saber aterrizar con la nueva tecnología.

Para que funcione correctamente, los aviones deben tener un sistema que lea las señales que envía Barajas y los pilotos deben estar formados en un curso especial que les habilite para maniobras con escasa visibilidad.

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