La Duma ratifica en el último minuto la prohibición de las armas quimicas

Rusia tiene 40.000 toneladas de armas químicas capaces de envenenar a medio planeta y almacenadas en precarias condiciones de seguridad. Una gigantesca y múltiple trampa mortal que amenaza sobre todo a los propios rusos. Esta evidencia logró que la Duma (Cámara baja del Parlamento), dominada por la oposición comunista y nacionalista, venciera sus recelos y ratificase ayer la Convención de Armas Químicas (CAQ). Rusia se suma así al club de los países que renuncian a este tipo de armamento.

Este compromiso, suscrito por Moscú en 1993, prohibe la fabricación, almacenamiento y utilización, ...

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Rusia tiene 40.000 toneladas de armas químicas capaces de envenenar a medio planeta y almacenadas en precarias condiciones de seguridad. Una gigantesca y múltiple trampa mortal que amenaza sobre todo a los propios rusos. Esta evidencia logró que la Duma (Cámara baja del Parlamento), dominada por la oposición comunista y nacionalista, venciera sus recelos y ratificase ayer la Convención de Armas Químicas (CAQ). Rusia se suma así al club de los países que renuncian a este tipo de armamento.

Este compromiso, suscrito por Moscú en 1993, prohibe la fabricación, almacenamiento y utilización, obliga a destruir los arsenales existentes en el plazo máximo de 10 años y establece mecanismos de verificación, con inspecciones rutinarias y por sorpresa. La ratificación de la Duma se produjo en el último minuto hábil para poder participar en la conferencia que se abrirá el 1 de diciembre en La Haya, y después de que el presidente Borís Yellsin ofreciese garantías adicionales al Parlamento. Se trataba de vencer los reparos de la oposición, debidos fundamentalmente al alto costo del proceso de destrucción.El primer ministro, Víktor Chernomirdin, logró convencer a los diputados de que el Gobierno será capaz de obtener los fondos necesarios, aunque Rusia difícilmente Podrá sufragar los gastos por sí sola. La votación final fue de 288 a favor, 75 en contra y dos abstenciones.

Ígor Ivonov, viceministro de Exteriores, aseguró que el proceso de desarme y el empleo de los fondos estarán controlados por la Duma. Para 1998, añadió, se dedicarán a este fin 50 millones de nuevos rublos (unos 1.200 millones de pesetas). Según Vladírnir Lukin, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Duma, varios países han prometido otros 15.000 millones de pesetas.

El principal argumento a favor de la decisión de la Duma es que, aunque no se ratificase la convención, seguiría en pie la necesidad de destruir las armas químicas. Alexandr Kontenkov, representante del presidente en la cámara, ya había dicho el jueves que "muchos depósitos llenos de sustancias tóxicas se encuentran en condiciones tan deficientes que puede ocurrir una tragedia".

El jefe del Alto Estado Mayor, general Anatoli Kvashnin, afirmó, por su parte, que hay sustancias que destruyen la piel humana almacenados desde los años cuarenta y que pueden comenzar en breve a tener filtraciones potencialmente mortales. Rusia corría el peligro de no tener capacidad decisoria cuando los Estados miembros de la CAQ discutan en La Haya la destrucción de los arsenales y de verificación y, financiación del proceso, lo que habría supuesto, en palabras de Kontenkov, que " no se tomasen en cuenta sus intereses". Tampoco habría podido entrar en los órganos de gobierno de la convención.

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