Islámicos y laicos, juntos contra el fraude
Al menos 30.000 personas se manifestaron ayer a pesar de la lluvia en Argel respondiendo a la convocatoria de todos los partidos de la oposición para denunciar el fraude en las elecciones del pasado 23 de octubre. La vida política argelina reserva sin duda muchas sorpresas, como ver reunidos a partidos tan dispares como el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS, laico) o los islamista de Ennahda. La de ayer fue la mayor manifestación en la capital argelina de los últimos tres años.Comenzó hacia las dos de la tarde en Belcourt, un barrio popular al borde del mar. Una multitud coreaba eslóganes host...
Al menos 30.000 personas se manifestaron ayer a pesar de la lluvia en Argel respondiendo a la convocatoria de todos los partidos de la oposición para denunciar el fraude en las elecciones del pasado 23 de octubre. La vida política argelina reserva sin duda muchas sorpresas, como ver reunidos a partidos tan dispares como el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS, laico) o los islamista de Ennahda. La de ayer fue la mayor manifestación en la capital argelina de los últimos tres años.Comenzó hacia las dos de la tarde en Belcourt, un barrio popular al borde del mar. Una multitud coreaba eslóganes hostiles al poder: "Poder, asesino", "abajo la dictadura" "devolvednos nuestros votos". En las primeras filas, brazo con brazo, militantes islamistas del Movimiento de Salvación para la Paz (MSP, ex Hamas) avanzaban con los militantes de partidos laicos. Un joven sostenía un cartel del Frente de Liberación Nacional (FLN, ex partido único) atado al paraguas. Nunca en la historia de Argelia gente de fuerzas tan opuestas había hecho frente común. "Somos argelinos antes que nada", exclamó uno de ellos. "No queremos la dictadura de los militares, estamos por la democracia".
La manifestación se desarrolló en calma. Los servicios de seguridad de los partidos trabajaron en estrecha coordinación. La policía, por su parte, vigilaba discretamente una marcha que no había recibido autorización. A excepción del inicio del cortejo, los manifestantes no se mezclaban demasiado con las demás familias políticas. Sobre las aceras, los jóvenes del barrio miraban pasar la marcha sin intervenir.