Tribuna:VISTO / OÍDO

Hambre y justicia

El Día Mundial de la Alimentación leo la carta de una lectora a su periódico: "Los vecinos de Princesa no sabemos ya dónde acudir, ya que según las leyes no se puede hacer nada para quitar a esta gente de nuestras calles, y está comprobado que el 80% de nuestros mendigos son profesionales de la mendicidad" (Josefa Rey Álvarez, Abc). Por una emisora oigo que 55.000 personas duermen en la calle, y que cuatro millones de españoles están bajo el umbral de la pobreza (fuente, Cáritas). Es admirable un país donde esta desesperación no conduce al desmán. Y donde la "seguridad ciudadana" es muc...

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El Día Mundial de la Alimentación leo la carta de una lectora a su periódico: "Los vecinos de Princesa no sabemos ya dónde acudir, ya que según las leyes no se puede hacer nada para quitar a esta gente de nuestras calles, y está comprobado que el 80% de nuestros mendigos son profesionales de la mendicidad" (Josefa Rey Álvarez, Abc). Por una emisora oigo que 55.000 personas duermen en la calle, y que cuatro millones de españoles están bajo el umbral de la pobreza (fuente, Cáritas). Es admirable un país donde esta desesperación no conduce al desmán. Y donde la "seguridad ciudadana" es mucho más alta que en Europa. Datos de la Galicia de Fraga, también de Cáritas: 595.000 gallegos viven bajo el umbral de la pobreza: un 22% de la población. Supongo que con cualquier otro presidente habría los mismos, o más: ese porcentaje es el de la generalidad del país. Desde niño oigo a la burguesía de la derecha defender el mito del "pobre profesional": supongo yo que es el que no puede salir de la pobreza y se instala en ella. En Estados Unidos dicen los sociólogos que cuando se desciende de un nivel mínimo, las circunstancias son tales que ya no se puede salir: por eso hay barrios enteros en todas sus ciudades (y en las de Occidente) de pobres que van siendo ya congénitos: el que nace en ellos no sale. Pero es interesante no ver, no creer en la pobreza y en el hambre: si se cree hay que ayudar, hay que hacer algo, hay que dar algo, y eso no siempre se hace. No creyendo, la conciencia se libera.(El Día de la Alimentación no se refiere al hambre que se pasa en estos países confortables, envidiados, sino a los que están definitivamente condenados. Mueren al año de hambre tantas personas como habitantes tiene España. En estas cifras no están incluidos los que mueren de hambre oculta: una subalimentación que no es aparente, pero que causa enfermedades. Tampoco están las personas que son asesinadas por diversos medios, a veces mediante tribunales bien formados, por defender a los que tienen hambre y procurar alimentación para ellos. Tampoco , están los asesinados por los famélicos que quieren robar a los que tienen: para alimentarse. No son casos como los de Conde -por citar un ejemplo llamativo: lo que ellos empiezan repercute en la calle a través de intermediarios-, que encuentra más indulgencia en la justicia de clase. Por eso quiere el PP eliminar el jurado; para no adulterar ese tipo de justicia).

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