Un ruego a Galicia
Quedan pocos días para que Galicia defina su futuro. Es la tierra, no lo olvidemos, de Rosalía. En algún lugar, no hace mucho, oí decir que son los poetas los que llevan de la mano a sus pueblos, y no los políticos, que, rara avis, miran algo más que el horizonte de sus narices. Pero Rosalía duerme ya sus sueños y alimenta también los nuestros.Desde este humilde deseo, sólo ruego a la fermosísima Galicia, a la entrañable Galicia de Cunqueiro y Valle, a la Galicia preñada de verde y mar, que se levante sobre sí misma, que sepa discernir entre los que prometen, y no cumplen y los que, aun...
Quedan pocos días para que Galicia defina su futuro. Es la tierra, no lo olvidemos, de Rosalía. En algún lugar, no hace mucho, oí decir que son los poetas los que llevan de la mano a sus pueblos, y no los políticos, que, rara avis, miran algo más que el horizonte de sus narices. Pero Rosalía duerme ya sus sueños y alimenta también los nuestros.Desde este humilde deseo, sólo ruego a la fermosísima Galicia, a la entrañable Galicia de Cunqueiro y Valle, a la Galicia preñada de verde y mar, que se levante sobre sí misma, que sepa discernir entre los que prometen, y no cumplen y los que, aun prometiendo, se dejan la piel en aldeas y capitales, en pazos y en la mar, y los que sólo peroran, juegan con las palabras y buscan enfrentamientos entre sus gentes.-