Utópico y enamorado

Madrid Sur no es un festival sociológico ni político: simplemente teatral. Lo proclama José Monleón, hombre de conocida (y exquisita) sensibilidad izquierdista, que ha elegido un marco municipal con gobiernos del PSOE e IU. Pero el criterio del certamen no es ideológico. "Lo que reivindicamos, en estos tiempos de pesetería, es un país en el que se pueda leer un poema, escribir un libro, tener un amigo o enamorarse", aclara Monleón.Este hombre, que nadie lo dude, es un idealista. Un joven de 70 años que reivindica la utopía, o lo que ahora se entiende por tal: "A estas alturas, reclamar la gene...

Madrid Sur no es un festival sociológico ni político: simplemente teatral. Lo proclama José Monleón, hombre de conocida (y exquisita) sensibilidad izquierdista, que ha elegido un marco municipal con gobiernos del PSOE e IU. Pero el criterio del certamen no es ideológico. "Lo que reivindicamos, en estos tiempos de pesetería, es un país en el que se pueda leer un poema, escribir un libro, tener un amigo o enamorarse", aclara Monleón.Este hombre, que nadie lo dude, es un idealista. Un joven de 70 años que reivindica la utopía, o lo que ahora se entiende por tal: "A estas alturas, reclamar la generosidad social, el reparo de la injusticia o el deseo de cambiar el mundo, como pretendía Don Quijote, se tiene por utópico. La cordura se identifica con la condición de contribuyente, radiotelevidente, marido o funcionario".

Madrid Sur se erige, así, en símbolo radical de tolerancia. Por eso hay un apartado específico para las "culturas perseguidas", en este caso la judía y la gitana. Y Monleón sabe de qué habla. Cuando era crítico teatral de Triunfo, la censura le guillotinó una reseña de la lorquiana (y gitana) Yerma porque, ese mismo día, estrenaba Joaquín Calvo Sotelo.