Comienza en París la vista contra dos jefes de la red de extorsión de ETA

El juicio contra dos presuntos responsables de la red de extorsión de la organización terrorista ETA comenzó ayer en el Tribunal Correccional de París. Junto a Carlos Almorza Arrieta, Pedrito de Andoain o Hilario, que se negó a declarar, y José María Dorronsoro Malestxebarría, que se dedicaban a cobrar el denominado impuesto revolucionario, son juzgadas otras 12 personas. Nueve de ellas, francesas, están acusadas de encubrimiento por haber prestado alojamiento y ayuda a los etarras. Las otras tres, Antonio Gabiola Goyogana, Koski o Tonua; Armando Ribeiro Torm...

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El juicio contra dos presuntos responsables de la red de extorsión de la organización terrorista ETA comenzó ayer en el Tribunal Correccional de París. Junto a Carlos Almorza Arrieta, Pedrito de Andoain o Hilario, que se negó a declarar, y José María Dorronsoro Malestxebarría, que se dedicaban a cobrar el denominado impuesto revolucionario, son juzgadas otras 12 personas. Nueve de ellas, francesas, están acusadas de encubrimiento por haber prestado alojamiento y ayuda a los etarras. Las otras tres, Antonio Gabiola Goyogana, Koski o Tonua; Armando Ribeiro Tormo y Benito Fermín Martínez Vergara lo serán en rebeldía porque no han podido ser detenidas.Los principales acusados, Pedrito de Andoain y Dorronsoro, detenidos el 6 de agosto de 1993 a las afueras de París, están acusados de asociación de malhechores, infracción a la legislación de armas y municiones, estancia irregular en territorio francés y falsificación, receptación y robo de documentos administrativos en relación con actividad terrorista. Por estos cargos podrían ser condenados a una pena máxima de diez años de prisión.

Según el sumario, la numerosa documentación que le fue incautada a Almorza permitió establecer su importante actividad en el seno de ETA a dos niveles. El primero era el de la financiación de la banda armada a través de la extorsión de fondos a numerosos empresarios vascos. El segundo, la compra de material electrónico y sustancias químicas para fabricar artefactos explosivos que le encargaba la dirección de ETA, con la que se mantenía en estrecho contacto.

A Dorronsoro le fueron intervenidos más de un centenar de discos informáticos, muchos de los cuales contenían informaciones de diversa índole facilitadas por etarras presos en Francia o España y que fueron transmitidas "por vía ilegal". Algunos de ellos recogen opiniones de aquéllos respecto a la estrategia a seguir por la organización.

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