Cardenales, obispos y rockeros

La presencia del Papa en el concierto de ayer era la menos anómala entre los representantes del clero Karol Wojtyla demostró una vez más su extraordinario dominio de la escena, escuchando una música quizás demasiado ruidosa -la tribuna papal estaba pegada al escenario-, y recibiendo el homenaje uno tras otro, de casi todos los intérpretes.No fue éste el caso del cardenal de Bolonia, Giacomo Biffi, que aparecía sentado junto al Pontífice con expresión de incomodidad a lo largo de toda la noche. Hasta las palabras de salutación que dirigió a Juan Pablo II antes de iniciarse el acto parecieron un...

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La presencia del Papa en el concierto de ayer era la menos anómala entre los representantes del clero Karol Wojtyla demostró una vez más su extraordinario dominio de la escena, escuchando una música quizás demasiado ruidosa -la tribuna papal estaba pegada al escenario-, y recibiendo el homenaje uno tras otro, de casi todos los intérpretes.No fue éste el caso del cardenal de Bolonia, Giacomo Biffi, que aparecía sentado junto al Pontífice con expresión de incomodidad a lo largo de toda la noche. Hasta las palabras de salutación que dirigió a Juan Pablo II antes de iniciarse el acto parecieron un tanto fuera de lugar en un escenario tan insólito. Tampoco ofrecían un aspecto relajado los 200 obispos acomodados en la tribuna de autoridades.

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El cardenal Ersilio Tonini habrá defendido con energía el día, antes la verdadera intención de la Iglesia con el concierto rock. "Las verdaderas estrellas del Congreso Eucarístico no son los cantantes. Ellos son sólo el apoyo, lo que contribuye a pasar la vigilia en espera de la estrella del domingo por la mañana, es decir la misa y la Eucaristía del Papa con los jóvenes", dijo.

En todo caso, la misa papal no alcanzará la audiencia del concierto de ayer, transmitido por Mundovisión. Con la mirada puesta en la hipotética audiencia, la jerarquía italiana optó por poner en manos de un, experto como Bibi Ballandi, el décano de los manager del país, la organización del evento.

Balladi ha comentado que, a parte de un vestíbulo especial para los cardenales de mil metros cuadrados y un camerino de 540 metros para Dylan, las diferencias entre el de anoche y cualquier otro concierto rock han sido pequeñas. En cuanto a Dylan, el propio cardenal Tonini lo define como "un profeta que da cuerpo a las ansias de justicia y de paz de los jóvenes de hoy".

La actividad de Juan Pablo II en Bolonia, la capital roja por excelencia de Italia que acoge este congreso, incluyó un acto más acorde con el estilo tradicional de los congresos eucarísticos: el inicio del proceso de beatificación del sacerdote local Bartolomé María del Monte. [En la misa celebrada para dicha beatificación y poco antes del concierto rockero, el Papa pidió a la Iglesia que condene el vicio, pero no a los pecadores, para los que pidió misericordia, informa France Press. El mensaje se ha interpretado como la respuesta a las críticas de ciertos sectores católicos a la presencia de Dylan en el concierto].

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