La hipótesis de una rápida incorporación del Reino Unido al euro dispara la Bolsa de Londres

La Bolsa de Londres cayó ayer bajo el embrujo de la euforia, mientras la libra perdía terreno abruptamente frente a otras divisas. El desencadenante de ambos efectos fue una información muy destacada en la primera página del Financial Times, según la cual el Gobierno laborista de Tony Blair está dispuesto a propiciar una rápida entrada del Reino Unido en el euro, aunque no se incorpore desde su creación, prevista para el 1 de enero de 1999. El principal índice de la Bolsa de Londres, el FTSE 100, ganó 160 puntos, un 3,17%. La libra retrocedió 3,6 pesetas.

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La Bolsa de Londres cayó ayer bajo el embrujo de la euforia, mientras la libra perdía terreno abruptamente frente a otras divisas. El desencadenante de ambos efectos fue una información muy destacada en la primera página del Financial Times, según la cual el Gobierno laborista de Tony Blair está dispuesto a propiciar una rápida entrada del Reino Unido en el euro, aunque no se incorpore desde su creación, prevista para el 1 de enero de 1999. El principal índice de la Bolsa de Londres, el FTSE 100, ganó 160 puntos, un 3,17%. La libra retrocedió 3,6 pesetas.

Según el Financial Times, el Gobierno de Tony Blair está a punto de anunciar una posición mucho más favorable frente a la Unión Monetaria Europea y el curo, de forma que la libra esterlina podría incoporarse poco después de la unión monetaria. En los mercados de valores y de divisas londinenses se afianzaba ayer la impresión de que una nueva política hacia la moneda única implicará una caída de la tasas de interés a largo plazo.El Tesoro británico se apresuró a desmentir la información y tratar de restarle importancia y se refirió a su contenido como pura especulación". Pero el desmentido no caló en los mercados. A pesar de la insistencia del Gobierno, en el sentido de que la posición oficial frente al curo no ha variado, acciones y bonos siguieron subiendo como la espuma. Muchos analistas interpretaron que la publicación de la noticia es un globo sonda lanzado por el ministro de Hacienda, Gordon Brown, para estudiar las reacciones del mercado.

Según el diario citado, miembros relevantes del Gabinete de Blair han estado "promocionando abiertamente" la participación británica en el Sistema Monetario Europeo. La información sugiere que el Gobierno podría prescindir de la libra para adoptar el curo inmediatamente después de las próximas elecciones, previstas para el año 2002.

La idea de una rápida aproximación de la libra al curo causó sorpresa. El Gobierno de Blair había adoptado una posición tibia y pasiva frente al proyecto. Si realmente hay un cambio, éste podría ser conocido a finales de octubre, cuando se reanude el periodo parlamentario. Blair, en el poder en mayo, ha dicho en reiteradas ocasiones que la participación británica en la unión monetaria desde su primera fase es "extremadamente improbable". Sin embargo, tampoco la ha descartado totalmente.

Según un acuerdo negociado por el anterior Gobierno conservador de John Major, el Reino Unido tiene de plazo hasta el primero de enero de 1998 para decidir si la libra se incorpora al curo en 1999. En condiciones normales, la adhesión de un país al curo sólo puede producirse tras dos años de permanencia de su moneda en el SME, al que no pertenece desde septiembre de 1992.

Conservadores y laboristas coinciden en que toda decisión debe ser adoptada en un referéndum, una perspectiva inquietante en un país donde existen serios recelos hacia un estrechamiento de vínculos económicos y políticos con los vecinos del continente. Pero, según el Financial Times, las preocupaciones de los laboristas han disminuido. "Ya no es ridículo sugerir que podemos ganar un referéndum", dijo un ministro no identificado citado por el diario financiero, según el cual el aparente cambio de actitud obedece a "una creciente convergencia de puntos de vista" entre el ministro de Asuntos Exteriores, Robin Cook, y el de Hacienda, Gordon Brown.

Brown se ha mostrado en ocasiones decididamente partidario de la incorporación de la libra al sistema común. Cook, que en sus primeras semanas en el cargo consideraba la idea un tanto inoportuna, parece estar ahora convencido de que si el lanzamiento del curo es un éxito, el Reino Unido puede verse perjudicado si sigue al margen.

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