Esposa no gubernamental

Ana Botella colabora con organizaciones humanitarias fundadas por religiosos

Argelina Lorenzo, de 74 años, demenciada por el Alzheimer, contesta cuando se le pregunta por la última visita de Ana Botella, el pasado marzo, a su residencia:- ¿Y quién es ésa?.

- La esposa del presidente.

- Ah, sí, ya sé, pero es que cuando viene siempre me pilla trabajando.

La entrevista de Isabel San Sebastián a Ana Botella el jueves por la noche en TVE sirvió para dar a conocer al gran público que la esposa de José María Aznar colabora con organizaciones humanitarias. Lo hace con Mensajeros de la Paz (fundada por el sacerdote Ángel García) y con Horizontes Abiertos (...

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Argelina Lorenzo, de 74 años, demenciada por el Alzheimer, contesta cuando se le pregunta por la última visita de Ana Botella, el pasado marzo, a su residencia:- ¿Y quién es ésa?.

- La esposa del presidente.

- Ah, sí, ya sé, pero es que cuando viene siempre me pilla trabajando.

La entrevista de Isabel San Sebastián a Ana Botella el jueves por la noche en TVE sirvió para dar a conocer al gran público que la esposa de José María Aznar colabora con organizaciones humanitarias. Lo hace con Mensajeros de la Paz (fundada por el sacerdote Ángel García) y con Horizontes Abiertos (promovida por el jesuita Jaime Garralda). También ha iniciado contactos con Cáritas para colaborar en programas contra el paro. Pero, de momento, se ha quedado en la fase previa porque su interlocutor, el hasta ahora director de Áreas, ha dejado el cargo para hacerse sacerdote.

La entevistadora comentó el jueves . que hasta ahora Ana Botella ha ocultado esas tareas. Pero Ángel García aclara: "No es verdad que lo oculte; intenta no llamar a los medios de comunicación, pero si van tampoco lo impide". Sin embargo, Jaime Garralda, de Horizontes Abiertos, señala: "Ella tiene mucho interés en que no se sepa, porque lo hace de corazón y no quiere que nadie piense que es política".

La esposa de Aznar entró en Mensajeros de la Paz como voluntaria en 1994 y, seis meses antes de ser elegido presidente su marido, fue nombrada presidenta de Honor. Cada dos o tres meses acude a la residencia dónde vive Argelina Lorenzo, el Centro Residencial de Mayores, que gestiona en Madrid esa entidad humanitaria; y allí se queda un par de horas. Las visitas de Ana Botella han tenido dos misiones: permanecer un rato con los viejos o mostrar a otros esta residencia (inaugurada por el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, acompañado de Aznar, en 1995). "Ana suele traer a políticos, pero que no son importantes", cuenta Ángela Díez, de 29 años, la directora.

El visitante que acudiera ayer se habría topado en la entrada con una docena de ancianos demenciados. Unos se percatan de la intrusión, pero inmediatamente fijan su mirada en el techo. Otros, en silla de ruedas, babean. Les rodean fotos de una fiesta pasada, y de las autoridades el día de la inauguración. Si alguno de ellos quiere informarse de lo que ocurre en el exterior, pueden elegir entre Abc, El Mundo y Semana.

"Es muy sencilla, yo no me imaginaba que alguien de su categoría fuese así", relata la directora. "Cuando viene, suele tomarse un café con nosotras en la cocina; y no es que seamos amigas, pero tenemos confianza. Yo un día hasta le conté la vida de mi novio".

La actividad humanitaria de la esposa del presidente no tiene una periodicidad concreta, pero es muy versátii. Con Mensajeros de la Paz, fundada hace 33 años y con 250 hogares repartidos en España, colabora no sólo mediante la atención a los ancianos, sino también en la formación de educadores y voluntarios; y como animadora, y en programas de niños en acogimiento y enfermos de sida. "No se le caen los anillos, y lava a los niños con sida y les ayuda a comer, no tiene remilgos ni le hace, ascos a nada", afirma García. Y además atiende de vez en cuando el Teléfono dorado, por el que llaman solitarios en busca de alguien que les escuche. "Se maneja perfectamente y se amolda a la filosofía del teléfono", dice Felipe Gutiérrez, otro voluntario. La frecuencia con la que acude a Mensajeros es por término medio de un día a la semana, durante dos o tres horas. En Horizontes Abiertos, -entidad que se dedica a la atención a los presos, entre otras actividades-, Ana Botella ingresó como voluntaria poco después de llegar a La Moncloa. "Es impresionante lo que hace con nosotros. Entra como Pedro por su casa y hasta los presos más violentos la tratan con toda normalidad porque se acerca con mucho tacto", dice Jaime Garralda. Ángel García también elogia la actitud de Ana Botella: "Dentro de lo normal, está muy bien. Pero no es una Teresa de Calcuta. Lo hará mejor cuando su marido deje de ser presidente".

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