El rock no es violento

Tu arma es tu cerebro suele ser uno de los lemas que con mayor vehemencia defiende Def con Dos en sus conciertos. Una invitación a sentir se radical y combativo, pero utilizando la inteligencia por encima de todo. Este grupo madrileño de hip-hop con guitarrazos metálicos se ha convertido en apóstol de la violencia intelectual, pero nunca física.A cierto tipo de rock combativo y duro se le ha querido acusar de generar actitudes violentas entre sus seguidores. El rock ha contraatacado con miles de festivales benéficos y un eslogan sobre todos: el rock no es violencia. Def con Dos compartí...

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Tu arma es tu cerebro suele ser uno de los lemas que con mayor vehemencia defiende Def con Dos en sus conciertos. Una invitación a sentir se radical y combativo, pero utilizando la inteligencia por encima de todo. Este grupo madrileño de hip-hop con guitarrazos metálicos se ha convertido en apóstol de la violencia intelectual, pero nunca física.A cierto tipo de rock combativo y duro se le ha querido acusar de generar actitudes violentas entre sus seguidores. El rock ha contraatacado con miles de festivales benéficos y un eslogan sobre todos: el rock no es violencia. Def con Dos compartía el viernes noche cartel con M-Clan, Reincidentes y el grupo más amado de la actualidad, Extremoduro; un apetitoso cartel de rock oficialmente combativo.

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El comportamiento tan energúmeno, inútil y cobarde como el de los jóvenes de Fuenlabrada engrosará la lista de hechos oscuros de la historia del rock y habrá quien lo utilice para seguir creyendo en la vigencia del binomio rock-violencia. Una tontería: el rock es el sonido del mundo. Entre los chavales que suelen acudir a conciertos como el celebrado anteanoche en Las Ventas, los hay de pelo corto, largo, de pantalón pitillo, bermudas, del centro de Madrid, de la periferia, universitarios, trabajadores, con ropa de marca, vegetarianos, teñidos, calvos, con náuticos, tatuados, que les encanta el cine, solidarios, intolerantes, hijos de ministros, huérfanos, que beben alcohol, que nunca lo prueban y, claro, también e inevitablemente, energúmenos inútiles y cobardes.

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