Líderes nacionalistas
Muy sucintamente, quiero responder a la pregunta que, de pasada, se formula el periodista Pedro Altares en el artículo Ceder el paso (EL PAíS, 7 de agosto).Tras señalar que Fraga, junto a Arzalluz y Pujol, forman el triángulo de políticos españoles incombustibles, se interpela: "Por cierto, ¿qué tendrán los nacionalismos para que sea tan difícil la sucesión de sus líderes"? Es claro que como siempre, la pregunta va dirigida a los nacionalismos vasco y catalán, no al español o a otros.
Lo primero de todo, cabe afirmar que cada partido político, organización, país... elige a los r...
Muy sucintamente, quiero responder a la pregunta que, de pasada, se formula el periodista Pedro Altares en el artículo Ceder el paso (EL PAíS, 7 de agosto).Tras señalar que Fraga, junto a Arzalluz y Pujol, forman el triángulo de políticos españoles incombustibles, se interpela: "Por cierto, ¿qué tendrán los nacionalismos para que sea tan difícil la sucesión de sus líderes"? Es claro que como siempre, la pregunta va dirigida a los nacionalismos vasco y catalán, no al español o a otros.
Lo primero de todo, cabe afirmar que cada partido político, organización, país... elige a los representantes y líderes que estima oportunos, siempre que lo haga democráticamente. A continuación, añadir que en esta cuestión, como en tantas otras, los equilibrios y cautelas que hay que observar al hacer cambios son más delicados en las naciones que no han alcanzado la categoría de Estado que en aquellas que son Estados consolidados. Obviamente, en estos últimos las alternancias se producen con menos estridencias, las innovaciones tienen menor trascendencia y las instituciones no se ven tan afectadas cuando tienen lugar mudanzas de liderazgo o de otras estructuras.
Las naciones que no son Estado cuentan con menos recursos y tienen que mover las piezas con más prudencia para evitar repercusiones negativas y desestabilizadoras para su país.
Pero que no se inquiete el señor Altares, que ya cederán el paso en el momento oportuno.-