El adolescente asesino de Japón admite sus crímenes

El adolescente japonés acusado de la macabra cadena de ataques que acabaron con la vida de dos niños y causaron heridas a otras dos niñas pasará hoy a disposición judicial tras haber permanecido detenido para interrogatorios durante 26 días.El acusado, que cumplió 15 años durante su arresto, ha confesado todos los delitos de los que se le acusa, incluido el asesinato y decapitación del pequeño Jun Hase, de 11 años. Asimismo, ha facilitado información sobre su actuación y sobre el lugar donde escondió las armas.

Esta cadena de crímenes, junto con la crueldad y sangre fría que se han desp...

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El adolescente japonés acusado de la macabra cadena de ataques que acabaron con la vida de dos niños y causaron heridas a otras dos niñas pasará hoy a disposición judicial tras haber permanecido detenido para interrogatorios durante 26 días.El acusado, que cumplió 15 años durante su arresto, ha confesado todos los delitos de los que se le acusa, incluido el asesinato y decapitación del pequeño Jun Hase, de 11 años. Asimismo, ha facilitado información sobre su actuación y sobre el lugar donde escondió las armas.

Esta cadena de crímenes, junto con la crueldad y sangre fría que se han desprendido de las confesiones del chico, han causado una profunda conmoción en una sociedad japonesa y han desatado agitados debates sobre la rigidez y autoritarismo educativo y sobre la ineficacia de las leyes sobre delincuencia juvenil.

El adolescente, cuya identidad no ha sido revelada por tratarse de un menor, ha definido sus crímenes como "actos sagrados" y "rituales de iniciación" ofrecidos a un imaginario dios "bomoidooki" y perpetrados por su "yo maligno".

En base a estas declaraciones, los abogados del menor han solicitado un examen psiquiátrico para establecer la posible incapacidad mental del asesino. Según sus propias declaraciones, el pasado 24 de mayo estranguló a un compañero de juegos en una colina cercana al barrio donde vivían en la ciudad de Kobe. El asesino regresó al lugar del crimen un día después y decapitó el cadáver; realizó diversas incisiones en el rostro del pequeño y lavó la cabeza en la bañera para depositarla un día después en la puerta del colegio con una macabra nota en la que anunciaba una cadena de crímenes.

Sin embargo, los crímenes del adolescente habían comenzado tres meses antes, cuando atacó con un cuchillo a dos niñas. Dos meses antes golpeó con un martillo a una pequeña de 10 años que falleció días más tarde. Aún, apuñaló a una cuarta. Las leyes japonesas no prevén prisión para los menores de 16 años, por lo que podría ser condenado a tres años en un reformatorio.

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