Ortega Lara ya está en condiciones de declarar

Los dos forenses que han examinado a José Antonio Ortega Lara desde su liberación el pasado martes comunicaron ayer al juez Javier Gómez de Liaño, encargado del caso, que el funcionario de prisiones retenido 532 días por ETA se encuentra ya en condiciones de prestar declaración, según informaron a Servimedia fuentes judiciales. Por tanto, es previsible que el magistrado se traslade a Burgos mañana para dialogar con él.Fuentes próximas a Ortega Lara consultadas por EL PAÍS han señalado que ha perdido vista en este tiempo, y no ve bien de lejos. Según fuentes médicas, eso es normal porque el ojo...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los dos forenses que han examinado a José Antonio Ortega Lara desde su liberación el pasado martes comunicaron ayer al juez Javier Gómez de Liaño, encargado del caso, que el funcionario de prisiones retenido 532 días por ETA se encuentra ya en condiciones de prestar declaración, según informaron a Servimedia fuentes judiciales. Por tanto, es previsible que el magistrado se traslade a Burgos mañana para dialogar con él.Fuentes próximas a Ortega Lara consultadas por EL PAÍS han señalado que ha perdido vista en este tiempo, y no ve bien de lejos. Según fuentes médicas, eso es normal porque el ojo se le ha acomodado a enfocar sólo a pequeñas distancias. Con el tiempo, recuperará esa función ocular. El propio Ortega ha comentado a sus allegados que antes desde su casa distinguía las matrículas de los coches, y que ahora no puede hacerlo.

No tiene síntomas de avitaminosis en general, pero sí falta de vitamina D, lo que se produce por la ausencia de sol.

Ortega Lara ha comentado también que los secuestradores le avisaron, tras los primeros síntomas de diarreas, de que si se ponía enfermo no iba a tener un médico que le cuidara.

Al principio, los etarras le daban todo tipo de comidas. Pero empezó a no tolerar la carne ni las legumbres, que le producían fuertes diarreas. Después, el pescado tampoco. Así que al final sólo le daban frutas y verduras, porque eso lo asimilaba muy bien. De ese modo no sufría dolores y retortijones. Con todo ello, el cautivo bajó de 73 kilos a 50 kilos.

Uno de los detalles que extrañaron a sus familiares fue que hablara tan bajito en los primeros días. Después ya iba modulando la voz a un tono normal.

Lucila Ortega, hermana del secuestrado, declaró ayer a la cadena SER que José Antonio vio ayer por televisión las imágenes del zulo: "Supongo que le impresionarían", dijo Lucila, "pero no ha hecho ningún comentario. Es una persona bastante fuerte y reservada, y nosotros le dejamos. Si él quiere comentar, que comente; y si no, pues nada".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En