Cartas al director

Los nuevos tecnócratas

Nunca hubiera pensado que el traslado, a través de 400 escasos kilómetros, del cuadro Guernica que pintara Picasso iba a transformar a la flor y nata de la creatividad plástica española en una cofradía o hermandad bien coordinada y ferviente admiradora de las certezas de un informe técnico de parte y poco contrastado para así descalificar de una manera general y genérica la "intolerable injerencia de los políticos" en los territorios que, por naturaleza, les deben estar vedados. El viejo debate entre el "técnico" y el "político", característico de los años del Plan de Desarrollo tan de ...

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Nunca hubiera pensado que el traslado, a través de 400 escasos kilómetros, del cuadro Guernica que pintara Picasso iba a transformar a la flor y nata de la creatividad plástica española en una cofradía o hermandad bien coordinada y ferviente admiradora de las certezas de un informe técnico de parte y poco contrastado para así descalificar de una manera general y genérica la "intolerable injerencia de los políticos" en los territorios que, por naturaleza, les deben estar vedados. El viejo debate entre el "técnico" y el "político", característico de los años del Plan de Desarrollo tan de López como de Rodó, ha hecho que gentes abiertas y universales como los artistas plásticos Gordillo, López, Chillida, Saura y Tàpies -este último en menor medida- arremetan con dureza frente a los políticos democráticos españoles todos y les nieguen el pan y la sal a la hora de instar a una cosa tan lógica como evidente: que el cuadro que toma nombre en un lugar y en un hecho histórico concreto pueda viajar a la tierra que le sirvió de argumento.Gernika y Bilbao bien pueden y merecen recibir el emblemático cuadro, sea construyendo el museo-pabellón que venciera en el concurso internacional de arquitectura -brillantemente ganado por dos arquitectos jóvenes en el año 1981 y en el que intervinieron como jurado don Julio Caro Baroja, O. Bohigas y L. Peña Ganchegui-, o bien en el magnífico Museo de Bellas Artes de Bilbao, excelente ejemplo de pinacoteca descentralizada, rica y bien gestionada para una pequeña comunidad como lo es en tamaño la vasca, o en el esplendoroso Museo Guggenheim como parece ser hoy lo más probable.

Ahora sólo falta arbitrar los medios técnicos, sean de restauración o de conservación y transporte u otros; eso lo decidirán los expertos y los peritos con conocimientos para ello, ya que ha quedado bien clara la voluntad de los pueblos y las gentes de España, expresada en la voz más alta de su propia soberanía, que es la de las dos Cámaras que forman el Parlamento.-

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