El ritmo africano tiñe Getafe
El centro de Getafe (143.000 habitantes) olía ayer a cuscús argelino y a mafe, un potaje senegalés a base de carne picada, verdura y sémola. Era el aroma genuino de la Fiesta Africana, un encuentro entre lúdico y reivindicativo que alcanza ya su octava edición, segunda en tierras getafenses. Por la ciudad pulularon durante todo el día cientos de inmigrantes africanos, otros tantos amigos de la causa negra y algún que otro viejo del lugar que contemplaba el panorama a medio camino entre el regocijo y el estupor.La organización de la fiesta corre a cargo de Cultura Africana, una asociació...
El centro de Getafe (143.000 habitantes) olía ayer a cuscús argelino y a mafe, un potaje senegalés a base de carne picada, verdura y sémola. Era el aroma genuino de la Fiesta Africana, un encuentro entre lúdico y reivindicativo que alcanza ya su octava edición, segunda en tierras getafenses. Por la ciudad pulularon durante todo el día cientos de inmigrantes africanos, otros tantos amigos de la causa negra y algún que otro viejo del lugar que contemplaba el panorama a medio camino entre el regocijo y el estupor.La organización de la fiesta corre a cargo de Cultura Africana, una asociación que trabaja con un buen puñado de artistas llegados desde el sur de Tarifa. "Africa no es el Caribe y sigue siendo una perfecta desconocida, pero algo se va avanzando", diagnosticaba el presidente de la entidad, Javier Lago.
La colonia africana, en efecto, ha ido ganando adeptos. Ahí están Las Hijas del Sol, nacidas en esta fiesta y a punto de grabar su segundo disco. O Bambara, el grupo de Tony Seydu (Sierra Leona), que empezará a preparar en septiembre un trabajo con una multinacional. O los guineanos de Baron ya Buk-Lu, que han sido teloneros de Papa Wemba.