El metro, a piñón fijo

27 ciclistas entraron ayer en el suburbano merced a la nueva normativa de la Comunidad

El suburbano madrileño abrió ayer sus tornos, por primera vez, a las bicicletas. Según la Compañía Metropolitana, 27 ciclistas se sumergieron en el metro entre las seis de la mañana y las cuatro de la tarde.Los nuevos pasajeros de dos ruedas encontraron numerosos obstáculos en su viaje. "Lo peor es llevar la bicicleta a cuestas por tanto tramo de escaleras", explicó en la estación de Lago Nacho García, de 30 años, quien se desplazó en el metro desde la calle de Velázquez hasta la Casa de Campo. Angela, de 23 años, se arrepintió de utilizar el metro por ahorrarse unas pedaladas hasta el Retiro:...

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El suburbano madrileño abrió ayer sus tornos, por primera vez, a las bicicletas. Según la Compañía Metropolitana, 27 ciclistas se sumergieron en el metro entre las seis de la mañana y las cuatro de la tarde.Los nuevos pasajeros de dos ruedas encontraron numerosos obstáculos en su viaje. "Lo peor es llevar la bicicleta a cuestas por tanto tramo de escaleras", explicó en la estación de Lago Nacho García, de 30 años, quien se desplazó en el metro desde la calle de Velázquez hasta la Casa de Campo. Angela, de 23 años, se arrepintió de utilizar el metro por ahorrarse unas pedaladas hasta el Retiro: "Cuesta una bar baridad echarse la bici a la espalda", se quejaba. Y es que los ciclistas tenían prohibido utilizar las escaleras mecánicas y las estaciones de metro sin empleados. En esta situación se hallaban ayer 30 de las 200 que hay en la ciudad. Para los practicantes del pedal el día era especial: "Es nuestra primera conquista, y llegarán muchas más", decían. Los aficionados al manillar se quejan de las limitaciones que impone la Comunidad: un máximo de dos bicicletas por vagón. "Es una limitación excesiva", decía Luis tras llegar a la Casa de Campo.

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