Cartas al director

El país encantado

Por fin España alcanza su madurez y comienza a burlarse de sí misma. Y esto es sano.El país -se ha convertido en una descomunal chirigota. La mitad -más o menos- ríe "encantada" de ser su propio milagro; la otra mitad -más o menos- se carcajea de tanta gracia, "encantada" ante el espectáculo de tal parodia nacional. Tertulias y gabinetes radiofónicos; agudas viñetas y reseñas periodísticas; guiñoles, caiditas televisivas, entrevistas a más o menos famosos, en las que todos, todas, están encantados. "Me encanta", es la respuesta preferida.

España va bien mientras se afilan y clavetean lo...

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Por fin España alcanza su madurez y comienza a burlarse de sí misma. Y esto es sano.El país -se ha convertido en una descomunal chirigota. La mitad -más o menos- ríe "encantada" de ser su propio milagro; la otra mitad -más o menos- se carcajea de tanta gracia, "encantada" ante el espectáculo de tal parodia nacional. Tertulias y gabinetes radiofónicos; agudas viñetas y reseñas periodísticas; guiñoles, caiditas televisivas, entrevistas a más o menos famosos, en las que todos, todas, están encantados. "Me encanta", es la respuesta preferida.

España va bien mientras se afilan y clavetean los garrotes ante la próxima batalla final. Yo voy bien mientras alrededor el trabajo escasea sin auténticos visos de solución. Todo va bien, aunque la ilusión no se atisbe en el horizonte.

Y mientras, España se burla de sí misma. Me encanta.-

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